Ezra Harrison » ID.

Tsundere en todo sentido de la palabra. Es de las personas que odiarás a menos que el imbécil te permita ver cómo es en realidad detrás de tantas maldiciones y comportamiento pretencioso. Si dices la palabra «descontrol» alguien seguramente te indicaría por un largo pasillo hasta llevarte donde esté parado él. Ezra está lleno de todos o nadas; los intermedios no existen en su vida. No es que sea un maldito que pase borracho seis de los siete días de la semana sin recuerdo de qué hizo el día anterior, es que sinceramente no le interesa. No le interesa nada que no sean sus cigarros o algo que le esté afectando de forma directa y no hay manera de explicar eso de manera bonita. Es narcisista, arrogante y molesto a menos que llegue a tener un leve interés en tu persona y decida hacer algo al respecto. Puede pretender ser todo un caballero contigo, pero en el momento que lo fastidies no habrá nada que detenga su boca de marinero, porque él es así; volátil e impredecible.

Inquieto e hiperactivo, siempre tiene que estar en movimiento. Se aburre con facilidad y una vez que eso ocurre, nada bueno sale de ello. No le gusta sentir que está desperdiciando su tiempo con cosas o personas que no lo valgan. Orgulloso y demasiado prejuicioso, no deja ni le gusta que le digan qué es lo que tiene que hacer. Terco y descortés a más no poder. No te dará la razón a menos que tus argumentos tengan una buena justificación y aun así tal vez lograrás hacerlo cambiar de parecer.

Amistoso con unos cuantos que probablemente no entienden qué diablos hicieron para que le agradaran a Ezra. No es cariñoso à la «te voy a preparar tu cena favorita porque es tu cumpleaños, querida», pero si le importas ten por seguro que se molestará en hacértelo saber. Es tan frío y distante la mayor parte de las ocasiones que sería difícil que no notaras cuando está haciendo un esfuerzo de preocuparse por alguien que no sea él (o su hermana). Protege a esos cuantos como si de su vida se tratara, después de todo, sabe el modo jodido que tiene y lo selectivo que suele ser con sus amistades.
(Aunque que esté consciente de su comportamiento no significa que está dispuesto a cambiarlo).

▲ Gustos:
- Fumar.
- Las cámaras Nikon y las Polaroid (aunque odie el precio del rollo de la segunda).
- Las bebidas alcohólicas.
- Los deditos de queso.
- The Rolling Stones.
- El arte.
- Los ruidos fuertes.
- Los dardos.
- La música en vivo y el ambiente que se crea alrededor de ella (el pensamiento de ser el manager de alguna banda no sale de su mente).
- El sarcasmo, el humor negro y todo eso que probablemente ofende a tu madre.
- El jodido clima de Londres. Lo hace sentirse vivo de alguna manera.
- El auto que ha tenido que dejar en casa.
- Los deportes.
▲ Disgustos:
- Que lo tomen de estúpido.
- Su padre y su jodida firma.
- Que los americanos le llamen «soccer» al fútbol.
- La Navidad.
- Los comentarios sobre su estatura. Oh, ¿en serio piensas que no sabe que es alto? ¿Y que no ha escuchado ese chiste? ¿En serio? ¿Estás seguro? ¿No quieres otro segundo para formular tu estúpida y seguramente incorrecta respuesta?
- Los gatos.
- La política.
▲ Debilidades:
- Su hermana.
- Su temperamento.
- Es demasiado impaciente.
▲ Fortalezas:
- Es ambidextro.
- Sabe varios idiomas (aunque suele confundirlos de vez en cuando).
- Persuasivo y analítico.
▲ Manias:
- Megalomanía.
- Melomanía.
▲ Fobias:
- Ninguna.

Él no entiende qué carajos te importa la historia de su vida, pero aquí va:
Nació en algún hospital que su padre seguramente visitó meses antes para ver si era lo suficientemente adecuado para un hombre tan prepotente como él y su pobre esposa (que terminó con él gracias a la necesidad de sus padres por algo de dinero e influencia en la alcurnia) tuvieran a su primer hijo.

Tuvo una infancia con nada que merece ser rememorado, a menos que cuentes esa vez cuando tenía 11 años y sus padres le avisaron que lo mandarían a un internado porque «su comportamiento era intolerable; debía aprender a ser un muchacho de bien». Estos eran tiempos en los que Ez todavía no sabía que no solo porque sus padres lo dijeran significaba que era verdad, así que el niño se limitó a asentir y seguir a su Nana a empacar sus cosas.

Lastimosamente para su padre, el comportamiento de Ezra terminó siendo cualquier cosa menos lo que él deseaba. Al pasar de los años se vuelve más sociable y se entromete con las mujeres —hijas de hombres que su padre odia, de la competencia— equivocadas en los lugares indicados (en esos que está seguro no dejarán que los demás olviden que un Harrison estuvo ahí y dejó un desastre como souvenir). Bebe cada vez que se le es ofrecido y cuando no también; fuma como si lo necesitara más que el oxígeno que apenas habita sus pulmones. Termina el colegio y no acepta esa beca que le otorgaban por su arte (su padre se enoja tanto que llega al punto de golpearlo. Él deja pasar el golpe y amenaza con que si vuelve a hacer eso, se asegurará de que todos sus tratos sucios y casos que ha cerrado de manera ilegal sean investigados) porque decide que es tiempo de disfrutar la vida.

Viaja por el mundo un par de meses hasta que se aburre y decide volver a Londres, cuya escena lo tiene aburrido pero mantiene a alguien que todavía le importa: su hermana. La misma hermana que influye en su decisión de entrar a Nightove y hacer algo con su vida. Le toma un par de llamadas y favores conseguir entrar a la universidad pero lo logra y deja atrás la mierda que ha tenido que aguantar durante años.

Al fin ha encontrado un lugar donde los abogados, las personas en el círculo social de su familia y la mirada de su padre no lo seguirán o le dirán qué es lo indicado para su puta vida. Y te puedo decir que el chico no puede estar más feliz al respecto.

▲ Familia:

• Padre: Derek Harrison, 55 años; vivo.
  
• Madre: Emilia Harrison, 53 años; viva.
  
• Hermano/as: Ali Harrison; 18 años; viva.
  
• Otro/as: Nana; muerta.
  

▲ Sabe tocar el piano y la batería.
▲ Fue votado en el colegio como el Most Likely to End Up In A Strip Club. No piensa decir mucho al respecto además de que ninguna de las chicas que contrataban sus servicios alguna vez se quejó. Y que (casi) nunca se quitaba ninguna prenda, solo bailaba.