Tobías Niedermann

Se dice que los suecos son fríos, imposibilitados de demostrar sentimiento alguno o sentir sensibilidad por quienes los rodean, unos perfeccionistas mordaces incapaces de tener compasión por el ajeno, bondad o incluso comprensión. Pero no todos son como Tobías, y Tobías es de un género demasiado personal como para poder ser catalogado. Se caracteriza por tener un complejo narcisista sobreestimándose a sí mismo y sus habilidades en lo que denomina perfección, desconsiderando las necesidades ajenas en pos de las propias. Sepultando el famoso Complejo de Edipo que establece una secuencia de emociones y sentimientos encontrados hacia los progenitores, nació su  “Yo ideal”, alimentando su autoestima convirtiéndolo en un soberbio. Su goce no recae en convertir en miserables a quienes lo rodean, aunque considera que no tienen el nivel mínimo para poder reparar en su atención. Inteligente en demasía nunca fue propenso a tomar un solo apunte teniendo una gran memoria cognitiva. Una persona que reconoce la empatía pero la ignora siendo la terquedad en persona. Su ansiedad por el perfeccionismo es su mayor ambición y logro, nada de lo que hace o dice está librado al azar siendo un manipulador natural. La confianza excesiva en sí mismo transforma al sueco en una persona extrovertida de broma fácil y mente sucia aunque puede disimular sus modales si llega a ser necesario, líder por naturaleza son pocas las ocasiones en que no obtiene lo que desea, por no decir nulas.

Si bien la medicina es una vocación, el ímpetu personal que lo motiva en la profesión es su necesidad de refinamiento basándose en sí mismo y no en los pacientes. Su necesidad de hacer las cosas bien es el alimento de su propio ego, acarreando como consecuencia la satisfacción de los futuros pacientes. El riesgo de las situaciones complicadas que lo llevan a esforzarse podrían situarse en las preferías de Tobías, amante del desafío y del peligro no puede evitar la tentación de jugar con el fuego en vez de admirarlo con miedo. Muchos desean acercarse pero son selectos a los que respeta y debe lealtad, posiblemente en un principio todo comenzó por conveniencia pero terminó por estrecharse en sus círculos más íntimos. Las féminas son justamente eso, lugares donde el sueco puede arremeter su placer, diferenciando tranquilamente sexo de amor y contrario a cualquier posibilidad, no reniega que algún día llegará esa mujer temperamental que termine por anclarlo y consciente de eso, disfruta su libertad en todos sus parámetros. Pese a todo no es cruel por naturaleza, se formó como pudo y sabe cuando algo que hizo está mal aunque jamás va a admitirlo.

▲ Gustos:
Sus gustos pueden definirse en algo tan simple como los pecados capitales que consternan a la sociedad y a la vez la motivan a seguir viviendo.
-Lujuria: Posee un deseo sexual a veces incontrolable, pese a que con el tiempo comenzó a buscar las más exóticas o aquellas que llamaran su atención en vez de aferrarse a la primera que encontrara y cayera en sus sábanas.
-Gula: Pese a ser sueco, la comida italiana es su mayor debilidad. Aunque pocas veces acepte poner una mano en la cocina, sus habilidades culinarias son demasiado buenas.
-Avaricia: Apostador consumado, visitante asiduo al Casino y al Hipódromo, apostador de dinero o mujeres en sus épocas de juventud.
-Pereza: El frío de su tierra natal lo lleva a tener que hacer salidas a las aguas del gélido lago de Eversham, quedándose tendido por horas perdiendo la noción del tiempo.
-Ira: Sentimientos que no serán vehementes para aquellos que contradigan alguno de sus gustos o invadan su espacio personal. No le teme a las amenazas porque nunca serán suficientes para ensuciar su nombre. Impulsivo de espíritu es conocido por sus reacciones violentas e incluso humillar a quien le intente hacer frente o tocar algo de su propiedad cuando el alcohol borra su racionalidad.
-Envidia: La envidia no es un gusto sino una causa que pocas veces sufre, y para distraerse de la misma recae en los vicios humanos tales como la efedrina muy de vez en cuando. No puede fumar bajo ninguna circunstancia por problemas de salud.
-Soberbia: El peor de todos, no es un gusto sino su propia condena. No es un placer sino una adicción que actualmente se está tomando a la ligera por su propio bien.

▲ Disgustos:
-Afeitarse, generalmente lleva algo de barba.
-La ignorancia
-La seriedad si la ocasión no la amerita. En el fondo todavía hay rezagos de un suizo adolescente pese a su velo de madurez.
- Glögg , no puede ni siquiera olerlo.
-Cigarrillos precedidos por una desenfrenada toz que podría llevarlo a medicarse con corticoides.
-Detesta hablar por teléfono, es de las cosas que no puede llevando a desactivar su línea 2 veces al mes.
-Machista con las mujeres al volante, su malhumor aflora cuando ve a una en un auto.
-No tolera que la gente no sepa mentir, le hacen el juego demasiado fácil y eso termina por aburrirlo.

▲ Debilidades:
-Köttbullar, Palt y pizza, no tiene horarios puede comerla a toda hora.
-Tenis, fanático de  Robin Söderling.
-Las mujeres, no discrimina a ninguna.
-La adrenalina de las guardias nocturnas.
-El buen cine europeo en contraposición con su adicción a los videojuegos.
-Su soberbia y vanidad, su hambre por el perfeccionismo terminan convirtiéndolo en un círculo vicioso al que lo aferra su terquedad. Sabe que en algún punto todo le jugará en contra.
-Su mayor debilidad es su hermana, llegando a asfixiarla en algunas situaciones.

▲ Fortalezas:
-Conocer sus debilidades, capaz de analizar a las personas que lo rodean para poder defenderse de cualquier amenaza que conspire contra él. Hasta podría decirse que, impulsado por su narcisismo, está orgulloso de lo que llegó a ser aunque las fichas del tablero pudieran volverse sus enemigas.

▲ Manias:
-No puede salir a ningún lado sin su reloj pese a ser independiente del tiempo.
Automedicarse, no puede evitarlo y son pocos los que saben ese peligroso vicio de mezclar drogas del hospital para sopesar su salud. Podría llegar a inducirse la hipótesis sobre ser hipocondríaco.

▲ Fobias:
-Su fobia es la fobia de cualquier hombre, la de no ser aceptado. La da por sentado, sabe que nadie desafía al sueco pero es consciente de que no huye al miedo más común y popular.

1940, Italia. Época del despotismo de Estado acaecido en Italia de la mano de Benito Mussolini, quien fue su abuela era una conocida militante que había ayudado al rescate y salida del país a más de cien italianos que habían sido torturados y perseguidos por la dictadura que azotaba al país, se vio obligada a ser la última en abandonar el hogar autóctono para irse gracias a un contacto Suecia en busca de asilo político pese a la neutralidad del país en la Segunda Guerra Mundial y su colaboración con el gobierno alemán. Desde ese momento hubo un cruce entre la sangre sueca con las raíces italianas llegando a Tobías, el hijo del medio de un matrimonio de clase alta instalado en la capital del país nórdico, Estocolmo. Junto con su hermano desarrollaron una relación enfermiza de celos para con la pequeña Olivia, única mujer en la familia luego de haber perdido a su madre cuando tenía 15 años. La mente de Tobías pasó un camino tortuoso desde los primeros años de vida donde idolatraba a su padre,  uno de los dieciséis Justitieråd representantes del poder judicial en la Corte Suprema de Suecia, hasta que descubrió que los gritos que pensaba que eran sonidos de películas como su hermano mayor Iván le hacía creer no lo fueron. Ingrid Sjöström hecha un ovillo, ensangrentada y despeinada cuando la puerta se entreabrió y su padre salió desarreglado. Gustav se arreglaba el cinturón hasta que lo vio, quitándoselo para castigarlo por lo que había presenciado mientras que el sueco infantil presa de la inconsciencia no comprendía que estaba sucediendo hasta que fue demasiado tarde. Ingrid gritando abalanzándose no le dejó ver que es lo que Gustav quería hacer hasta que otro grito cortó el aire y su madre cayó dormida a su lado. Y eso fue todo, la mente colapsó hasta despertar en el cuarto de Iván junto a la infanta Olivia en la casa de campo de la familia en Karlstad.

Los periódicos hablaron del infortunio de la familia de la personalidad pública, como había sido atacada y asesinada en su propio hogar defendiendo a sus hijos mientras su marido viajaba por trabajo. La corrupción era moneda corriente en los altos círculos, pero la depravación de la mente de Tobías era algo nuevo. Pese a no recordar nada, fue esa laguna lo que significó todo. El Justitieråd  aparecía escasas veces en la zona, forjando todavía más los lazos entre los tres hermanos que desarrollaron un odio hacia su progenitor demasiado obstinado que los consumía de sobremanera. Iván se transformó en un ser ermitaño y callado, de todos fue el que atestiguó toda la escena pero jamás pudo pronunciar una palabra. Tobías creció formándose a su manera, centrándose en sí mismo porque nadie más lo hacía a excepción de sus hermanos. No les faltó nada más que límites entre el bien y el mal que cada uno definió a su manera y en el caso del sueco, se vio tentado a jugar con las pastillas que nadie controlaba en aquella casa salvo las mucamas a las que engañaba fácilmente. El resto puede resumirse en como maduró a su merced, pecando en todas las maneras posibles guiándose por sus propias normas, perdiendo el control por la debilidad compartida de los varones: Olivia, o Agnes su segundo nombre por el cual la llamaban para hacerla enfadar. Su profesión fue de la mano de su adicción, asiduo a los médicos y ya con experiencia personal en el tema llegada la edad buscó alguna Universidad que lo alejara de toda la mierda en la que estuvo sumido tantos años.


▲ Familia:

• Padre: Gustav Niedermann
  
• Madre: Ingrid Sjöström
  
• Hermano/as:
  Iván Niedermann
  Olivia Agnes Niedermann
  
• Otros:
  
  

-Es asmático y alérgico a la penicilina, su obsesión por los medicamentos comenzó como una distracción.
-A los 15 años sufrió un shock anafiláctico debido a la mezcla de calmantes con morfina.
-Desde que su hermana sufrió un accidente automovilístico, es un maníaco de las reglas de tránsito y detesta que ellas manejen por el simple escalofrío que le recuerda el casi perderla.
-El sueco es su lengua materna, pero habla inglés y español con fluidez.
-Viaja una vez por mes a Suecia para ver a sus hermanos.