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Katherell De Beaulieu Mounier
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Katherell De Beaulieu Mounier
Katherell De Beaulieu M.
played by Victoria LeeDatos Personales
▲ Nombre Completo: Katherell Gwendoline De Beaulieu Mounier
▲ Edad: 21 años
▲ Fecha & Lugar de Nacimiento: 25 de enero, París, Francia.
▲ Orientación Sexual: Sapiosexual
▲ Nacionalidad: Francesa
▲ Ocupación: Estudiante
▲ Fraternidad: Swaney
▲ Edad: 21 años
▲ Fecha & Lugar de Nacimiento: 25 de enero, París, Francia.
▲ Orientación Sexual: Sapiosexual
▲ Nacionalidad: Francesa
▲ Ocupación: Estudiante
▲ Fraternidad: Swaney
Descripción Psicológica
Inquieta, curiosa, inconforme. A veces para los simples humanos, esas características serían completamente normales para un niño o niña de tres años, sin embargo, para una chica tan especial como lo es Katherell, fueron cosas que le provocaron diversos problemas para relacionarse con los demás pequeños de su edad. A pesar de que era una niña, ella entendía cosas que iban más allá de la normalidad para el intelecto de alguien de su edad. Con tan sólo tres años, Gwendoline comenzaba a desarrollar esa inquietud por saber el porqué de cada cosa que la rodeaba, de cada mínimo detalle y, sin embargo, no fue la típica niña que se conformaba con la primera respuesta que se le daba. No, ella y su hermano mellizo tenían algo especial, quizá. Un algo que les hacía no conformarse con lo que obtenían sino le encontraban lógica después de varias preguntas. Se enseñó a cuestionar absolutamente todo lo que aprendía y buscar más allá de lo obvio, de lo visible, cosa que en gran parte fue enriquecida por su madre, Hildex, una doctora de la medicina moderna exitosa, multimillonaria y muy reconocida. En sus ratos libres, Katherell recuerda que entraba a la biblioteca de su progenitora, y era ahí donde tomaba ejemplares que a pesar de ser mucho muy avanzados para ella, se entretenía leyéndolos y dándole un punto crítico en compañía de su mamá para comprenderlos mejor. La inquietud de la melliza De Beaulieu, no sólo se detenía en cuanto a saber y aprender más, sino también por aquella manía de estarse moviendo todo el tiempo. Esto es algo a lo que los médicos diagnostican como hiperactividad, característica clave en los hijos de de la familia. Desde pequeña se le veía corriendo por los rincones de la mansión; de arriba para abajo. Jugando y explorando con su hermano mellizo.
Inteligente, analítica y persuasiva. Bien decía Aristóteles que el hombre se hacía a base de sus conocimientos, de su cultura y Katherell aunque era muy pequeña para poder comprender los libros de su madre, siempre demostró que era una chiquilla realmente brillante. Con poco menos de un año, la pequeña melliza ya caminaba y hablaba lo suficientemente claro como para comunicarse básicamente con su madre y su hermano. Fue una niña extraordinariamente brillante, por tanto, su inteligencia comparada con los niños de la edad promedio, era mucho más elevada. Una joven analítica que no se conformaba con la primera respuesta si esta no le convencía. Las preguntas del "¿por qué?, ¿para qué?, ¿cómo?, ¿qué es esto?", entre otras, son comunes en los niños, sin embargo, son cuestiones que no llegan a tener trasfondo porque se acepta la primera respuesta y ese no era el caso de Katherell; era pequeña, sí, pero para su intelecto algunas respuestas le parecían burdas e incluso hasta ofensivas, tanto así que seguía indagando hasta encontrar algo que realmente la convenciera por el mero hecho de ser más lógico o mucho más convincente. Con el tiempo dio frutos en lo que es ahora, pero gracias al estímulo emocional de su madre, quién la guió también siempre hacia sus sentidos, a usarlos y a estar atenta de ellos ante cualquier situación. Esto desarrolló una firme persuasión en la personalidad de ella. Su forma de ser, persuade a la de los demás y hasta ahora es algo que la ha llevado a obtener beneficios y abrirse paso en el mundo de la política francesa. No sólo puede darse el crédito a su madre, eso fue con ayuda de Alexandre, su padre, quien desde pequeña le enviaba ciertas señales dentro de su cabeza. Le hablaba y le aconsejaba cosas que poco a poco le fueron desarrollando una intuición natural ante cualquier problemática que se le presentara.
Protectora, dulce y dedicada con su familia. Aún no se sabe ni se sabrá quien de los mellizos De Beaulieu es el mayor pero, a pesar de eso, Katherell desde que tiene uso de memoria, recuerda ser una pequeña completamente sobreprotectora con su hermano, lo cuidaba e iba tras él a donde quiera que el chico se moviera sin importar a donde. Timothy puede para muchos ser sólo el mellizo de la pelinegra, sin embargo, para ella es más allá de eso; Timothy es para Katherell su poderosa razón de vivir. Si tiene o tendría que protegerlo con su vida misma, lo haría sin pensarlo. Normalmente y desde pequeña, no es una chica muy expresiva pero con su hermano era y es otra historia; es a la única persona sobre la tierra a quién lo le apena ni le pesa decirle "te amo" porque es lo que realmente siente por él. Es el único chico que puede disfrutar de una Katherell humana, tierna y dedicada. Le encanta consentirlo con grandes detalles que pueden costarle parte de su fortuna heredada de su madre y su padre, pero no le importa. Algo que debes tener presente de Gwendoline, es que es una chica celosa con su mellizo y no le importa si es discreta o no. Si ve que tus intensiones con el chico son serias, quizá al principio te dé batalla hasta que él dé a notar que es feliz, sino, cuidado, pues puede convertirse en tu peor pesadilla. No te golpeará, porque no es de una dama hacer esas cosas, pero tiene una labia impresionante como para bajarte el autoestima hasta el suelo. Cuando amas a una persona, tienes que ser dedicada y así es ella. Es atenta y entregada con Timothy al punto de parecer su madre. Lo consiente en demasía, lo mima, lo cuida, lo protege. Lo conoce de pies a cabeza tanto física como psicológicamente y es debido a esa empatía que tienen, que ni siquiera necesitan palabras para comunicarse o para saber cual es el estado emocional del otro. Si ella siente que él está mal, sabrá bien que cosas hacer para subirle el ánimo y verlo sonriendo como a ella le gusta que lo haga... Aunque sólo sea con ella, claro.
Despreocupada, bromista y desmedida. Nada de lo que ella te diga, lo tomes enserio. Por que enserio, muchas de las palabras que ella suelta, lo hace en un afán bromista para divertirse un rato y si ella ve o llega a notar que lo que habla o dice te afecta, lo seguirá haciendo y con mayores intensiones. Katherell es una chica de veinte años completamente despreocupada por el mundo, no le importa cuantos mueren o cuantos nacen a diario si para ella, su vida está completa. Normalmente, se le podrá ver con una sonrisa cálida y quizá se le llegue a escuchar dando un consejo, sin embargo, le tiene sin cuidado lo que la gente pase a menos que sean allegados emocionalmente a ella tales como su padre, su hermano mellizo y su pareja. Puede tener tiempo para escucharte e incluso brindarte algunas palabras de aliento aunque realmente tu situación la tenga sin cuidado. Algunas veces incluso suele hacer bromas que pueden resultar de pésimo gusto pero no lo hace con el afán de molestar y hacer enojar a la gente, el problema con Katherell es que no mide sus palabras porque para ella todo es un chiste. Su personalidad le hace muchas veces actuar antes de pensar en las consecuencias finales de sus actos, esto por la relación de complicidad que lleva con su mellizo al cual es capaz de encubrir incluso con su vida. Todo entre ellos es broma, se divierten, la pasan bien y nada más les afecta. Al menos a Gwendoline no le afecta sino le haces algo a su hermano. Ahí si tendrás problemas, usualmente las bromas de la pelinegra suelen resultar en su mayoría inofensivas pero al hacerle daño a Timothy, puedes asegurar que ella misma se encargará que de inofensiva no tenga absolutamente nada. Es más, Katherell suele resultar vengativa si algo llegase a afectar la integridad física y emocional de su hermano. Puede hacer uso de lo que tenga al alcance de sus capacidades no sólo para darse el gusto de reír a carcajadas por maldosa, sino también puede hacer uso del don de la palabra para hacértelo pasar muy mal. No le importa herir a la gente y va tanto físicamente como hasta el mero hecho de pisotear el autoestima de las personas.
Sarcástica, hipócrita y a veces arrogante. Como parte del vocabulario de Katherell, se encuentra el sarcasmo. A veces lo maneja tan bien que puede parecer natural las cosas que dice. Su sarcasmo es algo que le ha traído algunas discusiones o peleas con las personas que quieren acercárcele, piensan que lo hace con el afán de ofender y no es así. Sarcástica en el momento en que descubre si la situación es demasiado estúpida como para darle importancia y para ella esa es la mejor manera de restarle interés. ¿para qué se va a preocupar y ahogarse en un vaso de agua si ni siquiera vale la pena?, no, Kath no es así. Por eso le gusta escuchar a la gente, para saber exactamente que puede decir al respecto de lo que le confían o lo que no debe decir. Guardarse palabras una vez que fueron en su ayuda, no está en su lista de cosas por hacer, y sin duda te dirá un consejo o comenzará a mofarse con frases sarcásticas. Muchos suelen verla como una persona hipócrita porque aparenta ser una chica dulce y tierna, que sí es, por supuesto, pero no con todos. La hipocresía para ella es algo natural en el ser humano y como ella lo es, le da igual. Si sabe que puede conseguir algo de ti, se acercará pero con el mero fin de obtener lo que quiere. Quizá entre las pláticas que entablen llegues a caerle bien, pero créeme, eso no va a cambiar el fin a trasfondo. Y bueno, si, por ejemplo, no llegas a caerle bien, no esperes que sea una chica amable. No. Normalmente, Gwendoline es sociable e intenta ser amena con todas las personas pues nunca sabe lo que puede pasar. En cambio, si desde un principio le caes mal, comenzará siendo arrogante y voluble sin importar el título social que tengas. Ella no ve de los títulos de nobleza para ser altanera e insolente, y tampoco de la clase baja para compadecerse y soportar actitudes que a ella no le gustan.
Celosa, dramática y manipuladora. Katherell, desde pequeña, fue una niña en su totalidad territorial y más si de su padre, su mellizo y su novio se trata. Como es de sospecharse, la relación con su mellizo es sencillamente perfecta. Hasta ahora, a sus veinte años, recuerda haber discutido con él contadas veces y sin que pasaran más de unos minutos para que ambos volvieran a bromear y jugar entre ellos como siempre. A pesar de eso, Katherell es una chica celosa y odia, detesta con todas sus fuerzas que se le acerquen a su hermano con intensiones amorosas. ¿La razón?, muy sencillo. Al morir su madre, ella fue quien suplió ese hueco familiar en él; lo cuida, lo frecuenta, lo mima y lo sobreprotege de cualquier cosa que pueda lastimarlo. En el caso de su progenitor, Gwendoline resulta posesiva por el mero hecho que es la "princesa" de papá. Aunque no le guste aceptarlo, la pelinegra siempre fue la más allegada a su padre a comparación de Timothy y no por cuestiones de falta de afecto, al contrario, Alexandre amaba a sus mellizos por igual pero ella, su hija, resultaba mucho más expresiva y abierta con sus sentimientos que el pelirrojo. Con la pareja, la situación es diferente. Confía en él en su totalidad y agradece que posea esa personalidad tan tranquila que le evita hacer rabietas y escenas de celos, pero si llega a ver que alguna de sus amigas se sobrepasa en la cercanía con él, no dudara en ir directamente a separarlos y de mala manera. ¿Por qué?, ¡porque ama el drama!, le encanta llamar la atención aunque a veces lo haga sin querer. Suele ser ocurrente y a la vez, graciosa. Regresando al tema, De Beaulieu ama el drama y lo vive con intensidad. Es una chica pasional y entregada a lo que siente, por tanto, algunas veces suele exagerar en sus demostraciones de afecto o en sus demostraciones de enojo, coraje o tristeza. Por ejemplo, cuando está triste, suele subirse a la espalda de su hermano y sólo él entiende este gesto tan particular. Y bueno, ligado al dramatismo del cual nuestra Universitaria morena es fanática, sigue sin duda alguna lo manipuladora que puede resultar. Si está de buenas, hará que cambies de opinión o intentará convencerte con sonrisillas y su personalidad encantadora, en cambio, si ella está enojada, Katherell puede hacer uso de todas sus habilidades para hacerte cambiar de visión a su favor.
▲ Gustos:
/| Leer
|/| Pasar su tiempo libre con Timothy
|/| Estar con su pareja
|/| La lluvia
|/| El frío
|/| La comida salada y picante
|/| La naturaleza
|/| Caminar
|/| Estudiar
|/| Escribir en su diario
|/| Recordar a su madre
|/| El fuego
|/| Reír, bromear
|/| El vino
|/| Sexo
▲ Disgustos:
|/| La ignorancia
|/| Que las personas sean muy sensibles
|/| Sangres sucias o mestizos
|/| Las religiones muggles
|/| El tabaco
|/| Comida demasiado dulce
|/| Las arañas
|/| Insectos
|/| Quedarse quieta mucho tiempo
|/| Los prejuicios
|/| Estereotipos
|/| El calor
|/| Lugares con demasiadas personas
|/| Lugares pequeños
▲ Debilidades:
|/| Su familia
▲ Fortalezas:
|/| Su inteligencia
|/| Astucia
|/| Persistencia
▲ Manias:
|/| acomodar su cabello constantemente
|/| relamer/morder sus labios
|/| morder sus uñas cuando está nerviosa
|/| enarcar una ceja si algo le resulta interesante
|/| chasquear la lengua cuando algo le resulta absurdo
|/| subirse a la espalda de su mellizo sí está triste
▲ Fobias:
|/| arácnofóbia
|/| acrofobia
Inteligente, analítica y persuasiva. Bien decía Aristóteles que el hombre se hacía a base de sus conocimientos, de su cultura y Katherell aunque era muy pequeña para poder comprender los libros de su madre, siempre demostró que era una chiquilla realmente brillante. Con poco menos de un año, la pequeña melliza ya caminaba y hablaba lo suficientemente claro como para comunicarse básicamente con su madre y su hermano. Fue una niña extraordinariamente brillante, por tanto, su inteligencia comparada con los niños de la edad promedio, era mucho más elevada. Una joven analítica que no se conformaba con la primera respuesta si esta no le convencía. Las preguntas del "¿por qué?, ¿para qué?, ¿cómo?, ¿qué es esto?", entre otras, son comunes en los niños, sin embargo, son cuestiones que no llegan a tener trasfondo porque se acepta la primera respuesta y ese no era el caso de Katherell; era pequeña, sí, pero para su intelecto algunas respuestas le parecían burdas e incluso hasta ofensivas, tanto así que seguía indagando hasta encontrar algo que realmente la convenciera por el mero hecho de ser más lógico o mucho más convincente. Con el tiempo dio frutos en lo que es ahora, pero gracias al estímulo emocional de su madre, quién la guió también siempre hacia sus sentidos, a usarlos y a estar atenta de ellos ante cualquier situación. Esto desarrolló una firme persuasión en la personalidad de ella. Su forma de ser, persuade a la de los demás y hasta ahora es algo que la ha llevado a obtener beneficios y abrirse paso en el mundo de la política francesa. No sólo puede darse el crédito a su madre, eso fue con ayuda de Alexandre, su padre, quien desde pequeña le enviaba ciertas señales dentro de su cabeza. Le hablaba y le aconsejaba cosas que poco a poco le fueron desarrollando una intuición natural ante cualquier problemática que se le presentara.
Protectora, dulce y dedicada con su familia. Aún no se sabe ni se sabrá quien de los mellizos De Beaulieu es el mayor pero, a pesar de eso, Katherell desde que tiene uso de memoria, recuerda ser una pequeña completamente sobreprotectora con su hermano, lo cuidaba e iba tras él a donde quiera que el chico se moviera sin importar a donde. Timothy puede para muchos ser sólo el mellizo de la pelinegra, sin embargo, para ella es más allá de eso; Timothy es para Katherell su poderosa razón de vivir. Si tiene o tendría que protegerlo con su vida misma, lo haría sin pensarlo. Normalmente y desde pequeña, no es una chica muy expresiva pero con su hermano era y es otra historia; es a la única persona sobre la tierra a quién lo le apena ni le pesa decirle "te amo" porque es lo que realmente siente por él. Es el único chico que puede disfrutar de una Katherell humana, tierna y dedicada. Le encanta consentirlo con grandes detalles que pueden costarle parte de su fortuna heredada de su madre y su padre, pero no le importa. Algo que debes tener presente de Gwendoline, es que es una chica celosa con su mellizo y no le importa si es discreta o no. Si ve que tus intensiones con el chico son serias, quizá al principio te dé batalla hasta que él dé a notar que es feliz, sino, cuidado, pues puede convertirse en tu peor pesadilla. No te golpeará, porque no es de una dama hacer esas cosas, pero tiene una labia impresionante como para bajarte el autoestima hasta el suelo. Cuando amas a una persona, tienes que ser dedicada y así es ella. Es atenta y entregada con Timothy al punto de parecer su madre. Lo consiente en demasía, lo mima, lo cuida, lo protege. Lo conoce de pies a cabeza tanto física como psicológicamente y es debido a esa empatía que tienen, que ni siquiera necesitan palabras para comunicarse o para saber cual es el estado emocional del otro. Si ella siente que él está mal, sabrá bien que cosas hacer para subirle el ánimo y verlo sonriendo como a ella le gusta que lo haga... Aunque sólo sea con ella, claro.
"No one can break what is so unbreakable
You know you gotta live like you wanna live
You know you gotta be what you wanna be"
You know you gotta live like you wanna live
You know you gotta be what you wanna be"
Despreocupada, bromista y desmedida. Nada de lo que ella te diga, lo tomes enserio. Por que enserio, muchas de las palabras que ella suelta, lo hace en un afán bromista para divertirse un rato y si ella ve o llega a notar que lo que habla o dice te afecta, lo seguirá haciendo y con mayores intensiones. Katherell es una chica de veinte años completamente despreocupada por el mundo, no le importa cuantos mueren o cuantos nacen a diario si para ella, su vida está completa. Normalmente, se le podrá ver con una sonrisa cálida y quizá se le llegue a escuchar dando un consejo, sin embargo, le tiene sin cuidado lo que la gente pase a menos que sean allegados emocionalmente a ella tales como su padre, su hermano mellizo y su pareja. Puede tener tiempo para escucharte e incluso brindarte algunas palabras de aliento aunque realmente tu situación la tenga sin cuidado. Algunas veces incluso suele hacer bromas que pueden resultar de pésimo gusto pero no lo hace con el afán de molestar y hacer enojar a la gente, el problema con Katherell es que no mide sus palabras porque para ella todo es un chiste. Su personalidad le hace muchas veces actuar antes de pensar en las consecuencias finales de sus actos, esto por la relación de complicidad que lleva con su mellizo al cual es capaz de encubrir incluso con su vida. Todo entre ellos es broma, se divierten, la pasan bien y nada más les afecta. Al menos a Gwendoline no le afecta sino le haces algo a su hermano. Ahí si tendrás problemas, usualmente las bromas de la pelinegra suelen resultar en su mayoría inofensivas pero al hacerle daño a Timothy, puedes asegurar que ella misma se encargará que de inofensiva no tenga absolutamente nada. Es más, Katherell suele resultar vengativa si algo llegase a afectar la integridad física y emocional de su hermano. Puede hacer uso de lo que tenga al alcance de sus capacidades no sólo para darse el gusto de reír a carcajadas por maldosa, sino también puede hacer uso del don de la palabra para hacértelo pasar muy mal. No le importa herir a la gente y va tanto físicamente como hasta el mero hecho de pisotear el autoestima de las personas.
Sarcástica, hipócrita y a veces arrogante. Como parte del vocabulario de Katherell, se encuentra el sarcasmo. A veces lo maneja tan bien que puede parecer natural las cosas que dice. Su sarcasmo es algo que le ha traído algunas discusiones o peleas con las personas que quieren acercárcele, piensan que lo hace con el afán de ofender y no es así. Sarcástica en el momento en que descubre si la situación es demasiado estúpida como para darle importancia y para ella esa es la mejor manera de restarle interés. ¿para qué se va a preocupar y ahogarse en un vaso de agua si ni siquiera vale la pena?, no, Kath no es así. Por eso le gusta escuchar a la gente, para saber exactamente que puede decir al respecto de lo que le confían o lo que no debe decir. Guardarse palabras una vez que fueron en su ayuda, no está en su lista de cosas por hacer, y sin duda te dirá un consejo o comenzará a mofarse con frases sarcásticas. Muchos suelen verla como una persona hipócrita porque aparenta ser una chica dulce y tierna, que sí es, por supuesto, pero no con todos. La hipocresía para ella es algo natural en el ser humano y como ella lo es, le da igual. Si sabe que puede conseguir algo de ti, se acercará pero con el mero fin de obtener lo que quiere. Quizá entre las pláticas que entablen llegues a caerle bien, pero créeme, eso no va a cambiar el fin a trasfondo. Y bueno, si, por ejemplo, no llegas a caerle bien, no esperes que sea una chica amable. No. Normalmente, Gwendoline es sociable e intenta ser amena con todas las personas pues nunca sabe lo que puede pasar. En cambio, si desde un principio le caes mal, comenzará siendo arrogante y voluble sin importar el título social que tengas. Ella no ve de los títulos de nobleza para ser altanera e insolente, y tampoco de la clase baja para compadecerse y soportar actitudes que a ella no le gustan.
Celosa, dramática y manipuladora. Katherell, desde pequeña, fue una niña en su totalidad territorial y más si de su padre, su mellizo y su novio se trata. Como es de sospecharse, la relación con su mellizo es sencillamente perfecta. Hasta ahora, a sus veinte años, recuerda haber discutido con él contadas veces y sin que pasaran más de unos minutos para que ambos volvieran a bromear y jugar entre ellos como siempre. A pesar de eso, Katherell es una chica celosa y odia, detesta con todas sus fuerzas que se le acerquen a su hermano con intensiones amorosas. ¿La razón?, muy sencillo. Al morir su madre, ella fue quien suplió ese hueco familiar en él; lo cuida, lo frecuenta, lo mima y lo sobreprotege de cualquier cosa que pueda lastimarlo. En el caso de su progenitor, Gwendoline resulta posesiva por el mero hecho que es la "princesa" de papá. Aunque no le guste aceptarlo, la pelinegra siempre fue la más allegada a su padre a comparación de Timothy y no por cuestiones de falta de afecto, al contrario, Alexandre amaba a sus mellizos por igual pero ella, su hija, resultaba mucho más expresiva y abierta con sus sentimientos que el pelirrojo. Con la pareja, la situación es diferente. Confía en él en su totalidad y agradece que posea esa personalidad tan tranquila que le evita hacer rabietas y escenas de celos, pero si llega a ver que alguna de sus amigas se sobrepasa en la cercanía con él, no dudara en ir directamente a separarlos y de mala manera. ¿Por qué?, ¡porque ama el drama!, le encanta llamar la atención aunque a veces lo haga sin querer. Suele ser ocurrente y a la vez, graciosa. Regresando al tema, De Beaulieu ama el drama y lo vive con intensidad. Es una chica pasional y entregada a lo que siente, por tanto, algunas veces suele exagerar en sus demostraciones de afecto o en sus demostraciones de enojo, coraje o tristeza. Por ejemplo, cuando está triste, suele subirse a la espalda de su hermano y sólo él entiende este gesto tan particular. Y bueno, ligado al dramatismo del cual nuestra Universitaria morena es fanática, sigue sin duda alguna lo manipuladora que puede resultar. Si está de buenas, hará que cambies de opinión o intentará convencerte con sonrisillas y su personalidad encantadora, en cambio, si ella está enojada, Katherell puede hacer uso de todas sus habilidades para hacerte cambiar de visión a su favor.
▲ Gustos:
/| Leer
|/| Pasar su tiempo libre con Timothy
|/| Estar con su pareja
|/| La lluvia
|/| El frío
|/| La comida salada y picante
|/| La naturaleza
|/| Caminar
|/| Estudiar
|/| Escribir en su diario
|/| Recordar a su madre
|/| El fuego
|/| Reír, bromear
|/| El vino
|/| Sexo
▲ Disgustos:
|/| La ignorancia
|/| Que las personas sean muy sensibles
|/| Sangres sucias o mestizos
|/| Las religiones muggles
|/| El tabaco
|/| Comida demasiado dulce
|/| Las arañas
|/| Insectos
|/| Quedarse quieta mucho tiempo
|/| Los prejuicios
|/| Estereotipos
|/| El calor
|/| Lugares con demasiadas personas
|/| Lugares pequeños
▲ Debilidades:
|/| Su familia
▲ Fortalezas:
|/| Su inteligencia
|/| Astucia
|/| Persistencia
▲ Manias:
|/| acomodar su cabello constantemente
|/| relamer/morder sus labios
|/| morder sus uñas cuando está nerviosa
|/| enarcar una ceja si algo le resulta interesante
|/| chasquear la lengua cuando algo le resulta absurdo
|/| subirse a la espalda de su mellizo sí está triste
▲ Fobias:
|/| arácnofóbia
|/| acrofobia
Historia
"Si lo puedes soñar, lo puedes hacer"
París sin duda esconde muchas bellezas, el romanticismo es un claro don que sus calles parisienses adornan con luces a media luz, restaurantes elegantes en los que de vez en cuando se escucha el descorchar de un buen vino que acompaña siempre la mesa de un par de enamorados. Francia es el principal escenario de una de las historias más trágicas que se pueden contar de vecindario en vecindario. Ahora hasta aquel país de lengua romance era base de hechos pasados que con sólo recordarlos, provocan el sentimiento de nostalgia, melancolía.
James Alexandre De Beaulieu era un adolescente centrado y sabía bien que su amor por la medicina lo llevaría a una de las mejores facultades del mundo que curiosamente se encontraba en su país. El nivel económico de su familia, no era de los más altos pero si de aquellos que vivían sin problemas de ningún tipo material y fue así como él logró entrar a la universidad de parís, donde unos meses después de sus estudios, se le fue otorgada una beca. Alexandre era un chico sin duda apuesto, guapo y encantador, su padre le había regalado valores de un mismísimo caballero que gracias a él heredó y que a pesar de ser codiciado, prefería estar solo y concentrarse en su carrera a la que se entregaba con pasión. Sin embargo, los intentos de renegarse al amor siempre resultan un fracaso y fue lo que pasó con De Beaulieu en cuanto cruzó por primera vez su mirada con la de Hildex Mounier en un laboratorio de anatomía.
Hildex Arabelle Mounier, una chica hermosa en todos sus sentidos, sintió aquel mismo click cuando sus ojos azules se cruzaron con los de su nuevo compañero de clase. Fue lo que algunos llaman "amor a primera vista". Una sonrisa ladeada fue lo que completó aquella explosión y detuvo el cosmos entero alrededor de ellos. Nada fue igual desde entonces.
Las citas entre ambos comenzaron a darse primeramente como amigos, amigos que sabían pronto estarían unidos por el amor que poco a poco se fortalecía dentro. La rectitud de aquella muchacha, impedía que las cosas alborotaran sus hormonas y sus sentimientos evitando una relación que más adelante sería como ninguna. Compañeros de trabajo en equipos, salidas de investigaciones e incluso compañeros de clase fue como todos pudieron percibir lo que les deparaba a ambos y ya en ese entonces sólo era cuestión de esperar. Hildex deseaba terminar su carrera especializada en medicina general para que pudiera irse con él y así, formar una familia. Quizá un año o un poco menos fue lo que tardaron para formalizar su relación y dejar de negar a todo el mundo que eran novios para que así, pudiesen estar juntos ya sin ningún impedimento. James era paciente con ella, le bastó apenas unos meses para comprender que aquella mujer con la que se había cruzado años atrás, la quería como eterna compañera en su vida, con la que quería tener hijos y ser feliz para siempre.
Fueron trece años de carrera, de los cuales disfrutaron como pareja diez años antes de graduarse. La titulación está de más para mencionarse, lo realmente importante fue lo que ellos tuvieron que esperar para que al fin un anillo de compromiso adornara la delicada mano de su ahora prometida. Los preparativos se llevaron acabo y sólo unos meses más después, contrajeron matrimonio.
"Dos espejos pueden reflejar el infinito juntos, lo mismo pasa con dos corazones enamorados."
El trabajo y su vida juntos era lo que ellos más disfrutaban en cuanto contrajeron matrimonio, su amor se avivaba día a día. Sus corazones se conquistaban mutuamente con cada amanecer que veían como primera imagen, lograban enamorarse más el uno del otro. Obviamente, aquel amor pronto dejó frutos que para ambos cambiarían sus vidas por completo. Hildex quedó embarazada de mellizos al año y medio de casada con james. La noticia dejó sólo más felicidad de la que ya había en esa familia que estaba por agrandarse y también las ilusiones fueron en incremento. El embarazo de los mellizos fue prácticamente tranquilo, un embarazo sin ningún tipo de complicaciones pero si lleno de creaciones por parte de James y Hildex. La emoción les llevó a crear cosas juntos para sus hijos que venían en camino, felices los dos pintaron el cuarto para sus gemelos, adornaron aquella habitación y se preocuparon por crear un ambiente lleno de tranquilidad, armonía para cuando ellos ya estuvieran ahí.
[...]
Fue una madrugada del 25 de enero cuando Hildex pudo comenzar a sentir las primeras contracciones cuando descansaba en brazos de james. Los nueve meses habían pasado casi sin haberlos sentido pero aquel era el momento en que ella daría a luz a sus bebés. Su esposo rápidamente la llevó al médico del mismo hospital en que trabajaban y a las 09:32 am, Katherell y Timothy nacieron al fin completamente saludables.
Hasta la fecha no se sabe quien de los mellizos es el mayor, es un secreto que Hildex y james decidieron guardar por siempre.
"Cada día es una pequeña vida."
La infancia de Katherell fue sin duda la mejor etapa de su vida, la que más llena de alegrías y recuerdos buenos le llenan el corazón.
Su salud es un factor importante desde que ella nació pues si bien jamás tuvo problemas notorios graves, poseía esquizofrenia que lamentablemente o por fortuna venía en sus genes. Su madre era esquizofrenica leve; lamentablemente o afortunadamente ella heredó aquellos dones que venían de generaciones atrás. Katherell no era una niña que pudiera quedarse quieta por mucho tiempo ya que como cualquier niño o niña pequeña, su curiosidad mataba su tranquilidad y la llevaba de extremo a extremo de su casa con el sólo hecho de investigar, de descubrir y por supuesto, divertirse. Los juguetes fueron un factor importante en su desarrollo de niña. Curiosamente, Katherell no era del tipo de niñas que jugara con muñecas, una casa o un juego de té, sus juegos se basaban en cosas pensantes, amaba los juegos de mesa con grado de dificultad y que le resultaran un reto. Los rompecabezas, adivinazas, domino e incluso el ajedrez los aprendió desde muy pequeña; su madre le enseñó a jugar. Una enfermedad que fue raramente obvia desde su corta edad, fue el trastorno de orden compulsivo. La recamara de la pequeña De Beaulieu siempre estaba en completo orden, ella solía guardar siempre cada cosa en su lugar, era un lugar demasiado pulcro para alguien de tan corta edad pero que quizá se veía opacado por lo curioso o chistoso que podía resultar ante los ojos de los demás.
Sin duda alguna, Timothy, su hermano mellizo, fue el punto más importante de su vida desde que llegaron al mundo. La unión con su hermano mellizo es algo muy característico de ella. A donde iba su hermano, iba la pequeña sin dudarlo, siguiéndole los juegos que Tim planeaba y así divertirse entre los dos. A pesar de que en algunos aspectos ambos son completamente diferentes, para ella las peleas con su mellizo no existen; quizá hayan discutido una o dos veces mientras estuvieron con vida pero los momentos que más predominaban eran los momentos felices. Timothy fue su cómplice en sus travesuras de niños, en ir por toda la casa o correr por el jardín, buscar insectos en la tierra de las macetas. Tal parecía que aquel instinto de investigador que tenían sus padres, se les había transmitido a los pequeños.
Desde aquella temprana edad, Katherell fue siempre la consentida de papá, cosa obvia por el ser la única niña de sus hijos, la "princesa" de su cuento. James fue quien más caprichos le cumplió a la pequeña y que por supuesto no tuvo efectos secundarios en la personalidad de la niña hacia él, no hubo rebeldía ni aprovechamiento por siempre obtener lo que deseaba.
La relación con su madre fue muy estrecha en esta etapa, los mimos y consentimientos también venían de su parte y sobretodo, fue en la etapa de la niñez en la que Katherell desarrolló aquellas muestras de cariño sin pena hacia su familia aún estando ya lo suficientemente grande. Gracias a la unidad de su familia, decir "te amo" de ella hacia ellos, era algo completamente natural.
"Una retirada prematura es una triple derrota."
Como cualquier ciclo de vida, Katherell pasó de la niñez a la pubertad sin siquiera saber que esa era la etapa que más difícil le resultaría por vivir.
El cambio que hubo de su niñez a su pubertad fue un cambio como cualquier otro, con sus trabas en el camino y sobretodo en la conducta pues su rebeldía aumento pero no con su familia. Katherell era una buena estudiante, dedicada en sus estudios y bien centrada en lo que quería para su vida. A pesar de todo, era una chica que resultaba muy alegre a los demás, siempre podías pasar un buen rato con ella en clase porque su facilidad de aprendizaje le hacía increíblemente rápida a la hora de trabajar y después dedicarse sólo a socializar. En la escuela tuvo más de un problema por el TOC, la dislexia y el TDHA que pudo controlar con las citas que desde los 10 años empezó a tomar con un psicólogo y por supuesto, con la ayuda de sus padres quienes jamás descuidaron de ella.
La relación con su mellizo jamás pudo ser mejor que en esa etapa o quizá si pero después de morir, de matarse el uno al otro. Timothy siempre fue un chico celoso con su hermana pero a ella le encantaba ver como su hermano le cuidaba en esta etapa de su vida, es cuando Gwendoline simplemente vive feliz y plena pues fue a los 11 años que conoció a su primer novio en la secundaria. El chico llamado Seth Owens, era un joven tranquilo y con el que el que ella podía pasar tiempo riendo, sintiéndose cómoda. Se hicieron novios quizá a una corta edad pero la madurez que había en el corazón de De Beaulieu, le permitió llevar las cosas con calma y no apresurarse. Seth es una parte importante en la vida de Katherell, sin duda ella se enamoró de él conforme pasaron los años porque jamás llegó a pesar que lo suyo trascendería incluso más allá de la muerte y sobretodo, por tantos años. Llevan casi 6 años juntos como novios y nunca han habido peleas realmente graves por una infidelidad o alguna otra cosa que pudiese distanciarlos. Al contrario, ambos entraron a ese mundo adictivo del sexo del que no han podido escapar hasta la fecha. Seth ofreció apoyó incondicional a su chica con la etapa más difícil de su vida y que se presentó cuando ella apenas iba a cumplir los 12 años de edad.
24 de enero de hace ocho años fue cuando Katherell dio por terminada su vida con un sentido verdadero. Aquel día fue cuando el cielo se nubló para ella el resto de sus días. Aquel viernes era un día de paseo con Hildex y sus hijos, james trabajaba como toda la semana acostumbraba y en el afán de no quedarse todo el día en la mansión, los niños y su madre fueron a dar un paseo por los rincones parisienses. Era una tarde realmente hermosa, el cielo estaba despejado y aquel día de verdad pintaba como excelente pues un cono de helado de la mano de su madre, era lo mejor que ellos podían pedir después de las clases en el colegio. Al sonar la campana de salida, Timothy y Katherell salieron como siempre lo hacían para buscar a su madre, quien ya los esperaba dentro del carro que estaba justo en frente de la escuela donde sus hijos estudiaban.
Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando los tres impartieron su viaje hacia la capital de Francia, felices y con ganas de realmente pasarla bien. Quizá todo aquello era demasiado bello y genial para ser verdad. No había tráfico, la gente estaba dispersa por los diferentes locales y ellos así tenían la libertad de bajar del coche cuando estuvo estacionado y dirigirse a una de las heladerías a las que acostumbraban visitar continuamente. Todo hasta ese momento iba perfecto, como habían esperado pasarla con su madre entre semana pues por suerte, Hildex había conseguido aquella tarde libre de consultorios, quirófanos o cualquier especie de consulta médica o de brujería privada que pudiese dar.
No demoraron mucho, quizá una hora o un poco menos cuando decidieron abandonar el lugar con el fin de ir de compras y caminar un rato para platicar, reír entre ellos pero... ¿aquello seguiría así?
No, nunca volvería a ser igual.
Las campanillas del local resonaron cuando la puerta de entrada se abrió para darles la despedida de la heladería y así, regresar a las calles que estaban impregnadas de un romanticismo francés muy común en aquellas zonas. Hildex planeaba llevarlos a comprar sus regalos de cumpleaños adelantados pues tan sólo un día después era el día en que los mellizos cumplían doce años y siendo chicos complicados en cuanto a sus formas de divertirse, siempre preferían llevarlos a escogerlos personalmente.
Mamá iba en medio, Katherell del lado izquierdo y Timothy del lado derecho, ambos agarrados a las manos de su madre que les brindaban seguridad... Misma que se vio corrompida minutos después.
La caminata comenzó a paso lento, de verdad la pasaban bien observando casa cosa a su alrededor y parecía que nada iba a imponerles el estar felices. No hasta Hildex soltó de ambas manos de los pequeños y los dejó atrás en la multitud. Los gritos de los pequeños se hicieron audibles pero nadie hacia nada. Estaban asaltando a su madre de una manera injusta, a punta de puños y patadas hasta dejarla inconsciente. En ese momento, el tiempo que corría rápido, escupió en su desesperación y comenzó a pasar lentamente.
Un golpe con el codo sobre la nunca de Hildex fue lo que la llevó al suelo y así, soltar las manos de sus hijos que ahora se abrazaban entre sí atemorizados por lo que estaba pasando. Ellos no lo comprendían, eran sólo unos niños que veían a su madre ser apedreada de una manera feroz en vez de darle una muerte rápida y sin dolor. Puñetazos, patadas e incluso armas de fuego eran las imágenes que más se repetían ante sus ojos, los dos lloraban, gritaban y pedían ayuda pero parecía que en ese momento a nadie le importaba lo que le estaban haciendo a la mujer que amaban.
Timothy abrazó con posesión a su hermana por primera vez, sintiendo la necesidad de protegerla de aquellos parisienses que estaban masacrando a su madre frente a sus ojos aunque quizá no fuera a servir de mucho. Eran altos y musculosos. Eran multitud para ser 2 o 3.
El dolor fue algo que invadió el corazón de la pequeña Katherell, algo en su cuerpo le equiparaba el alma en una inmovilidad que ni ella misma comprendía. Quería moverse, gritar, tomar a su madre de la mano y salir corriendo con ella y su hermano pero no, sólo podía mantenerse a cuatro o cinco metros de distancia sintiendo como una nube de lagrimas empañaba su mirar que sólo percibía la sangre del cuerpo de Hildex. El miedo la paralizó a ella y a su hermano, para Gwen los gritos no apaciguaban pero sólo alentaba a la violencia que se cometía en contra se su madre, de su mejor amiga y protectora de sueños, misma que ya estaba recostada en el suelo desangrando sus dulzura y su fortaleza. Desangrando gota a gota su vitalidad.
¿Qué podía hacer una niña de once años al ver a su madre morir sobre el asfalto por sólo unos cuántos euros? ¿Cómo se supone que una niña reaccione de manera inteligente cuando lo mejor de su vida se está esfumando por los golpes que terminaron por destrozar sus entrañas?
Preguntas sin respuestas eran las que pasaban por su cabeza.
Y así, en un abrir y cerrar de ojos aquellos malvivientes desaparecieron tan rápido de su vista como habían llegado. Ya nadie golpeaba ni gritaba, ahora sólo parecía que eran víctimas de las miradas que momentos antes ni siquiera se habían atrevido a lanzar una mísera roca para ayudarlos.
Katherell cerró sus ojos un instante, la pequeña no comprendía que era aquel quejido que su madre. No sabía si era el dolor o la voz de la muerte dentro de Hildex. Las cadenas que le habían impedido caminar hacia ella minutos antes, la libraron y sus piernas comenzaron a imitar lo que eran pasos torpes y hundidos en un tembloroso andar que se detuvo justo al llegar hasta la mujer que le dio la vida. Ella cayó de rodillas y en seco, tomó el cuerpo ensangrentado de su madre y poso su rostro en sus piernas que se veían pintadas por aquel líquido rojizo intenso que adornaba casi todo el cuerpo su madre.
Una punzada en el corazón fue lo primero que sintió, aquella presión en su pecho le impidió gesticular o anunciar aunque fuese una palabra y tan sólo se mantenía a observar con horror lo que estaba pasando. Cuando por fin pudo reaccionar, fue tarde... Katherell vio a su madre cerrar sus ojos agotados y con hematomas que se habían clavado en los de ella. Aún los recuerda. Cristalinos, llenos de angustia y dolor, inundados en lagrimas de sangre que le regalaban y rogaban un "perdón" y un "te amo, Katy" para que después se entregara eternamente a los brazos de la muerte.Katherell detuvo el llanto unos instantes, unos contados segundos mientras un temor y un ataque de furia le invadía el cuerpo pero por sobre todas las cosas, el dolor por tener sobre ella en las peores condiciones a la mujer que le había regalado la vida, con la que unos minutos antes había estado comiendo helado y que planeaba comprarle un regalo para que el día de mañana tuviera un feliz cumpleaños. Cumpleaños que sería el peor de toda su vida pues su madre no estaría ahí para abrazarla y felicitarla. Ya no volvería con ella, nunca más.
El silencio reinaba en la calle pero fue abruptamente interrumpido por un grito desgarrador que escapaba de su garganta y que la obligaba a sujetar el rostro de Hildex en alto, rogando y suplicando que no la abandonara, que la amaba y la necesitaba a su lado. Que por favor despertara, que papá la curaría de todas sus heridas y que se quedara con ellos para festejar su fiesta de cumpleaños. Sin embargo, los gritos y caricias bruscas y desesperadas fueron completamente en vano. Lloraba, hacía pedazos su garganta con cada suplica por que se mantuviera con vida pero nada funcionaba, su madre estaba muerta y ahora ellos estaban solos, sin papá que era el único para ella que podía revivir a mamá...
Las ilusiones, alegrías, virtudes y sueños que una niña de esa edad tenía, se vieron regalados e intercambiados por odio, rencor. Dolor. Infinito dolor.
"Rendirse es la forma mas cobarde de aceptar tu propia derrota."
¿Feliz 25 de enero? Para nada, su cumpleaños sinceramente no tenía un mísero valor cuando ella sólo podía llorar y maldecir a su manera a aquellos que le habían arrebatado a su madre. Pasó aquel día de velorio con la mirada perdida, los ojos hinchados de tanto llorar y con la mente ausente, escuchando aquellas cosas que nadie más podía o quizá solamente su hermano mellizo. La esquizofrenia pasando la muerte de su madre fue un detonador rápido que acabo con la sonrisa y ese carisma que ella tenía, su vida dio un giro drástico y como se ha mencionado, ya nada fue igual para ella pues a partir de la esquizofrenia que se vio en aumento, se crearon nuevas enfermedades que comenzaron a acabar con su tranquilidad y sencillamente con sus ganas de vivir. Trastorno paranoide fue el primero en aparecer, la enfermedad que había heredado de su madre al verse en situación crítica, Katherell comenzó a escuchar voces en su cabeza, empezó a sentir que jamás estaba completamente sola y sólo alteraba su sistema nervioso llevándola a un trastorno psicótico sádico agudo ya que al verse imposibilitada de acabar con la paranoia, su psicosis se descontroló y a veces no podía estar sin siquiera recordar la muerte de su madre, en lo sangriento que había sido y en lo que ella haría a quienes la mataron, algo mucho peor. Si bien la impotencia por no poder hacerlo no la llevó a vengarse con los demás, si con ella misma en forma de un trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo y conducta suicida. Le había bastado con robar una navaja de la cocina para que en sus muñecas, piernas y brazos comenzaran a aparecer heridas graves, profundas. Katherell empezó aquel desorden suicida que marcaba su cuerpo cuando estaba enojada, deprimida o completamente en paranoia por que fueran a matar a su padre, a Timothy o a Seth, situación que la hizo usar su hiperactividad de forma negativa.
A los pocos días de que Hildex murió, Katherell De Beaulieu presentaba una fobia social que la llevó a no querer ir al castillo. Al ver demasiados chicos y chicas juntos, pensaba sólo en aquel momento en que veía a su madre morir y en que lo mismo podía pasar con su familia {incluyendo a la tía rose} y su novio.
Su vida se convirtió en un tormento y más con lo que pasó tres meses después de la ausencia de su madre.
"De los deseos más profundos surge a veces el odio más destructivo."
¿Fortaleza? ¿Alegría? ¿Justicia?... ¿dónde había perdido lo mejor de su vida? ¿de verdad Katherell merecía todo aquello? No, no lo merecía.
Sus anhelos se basaban ya en una sola cosa, recuperar a sus padres y obviamente aquello no podía ser. Era completamente inútil. Rose Elizabeth era la única persona que podía sostenerlos con fortaleza y evitar que dos niños, sus dos sobrinos, comenzaran a decaer y fue así como ella tomó la decisión de llevarlos lejos de su actual residencia en Francia, a una mansión heredada por parte de su abuelo en Connecticut, Estados Unidos. En aquel país, Rose tenía una casa a la que solía ir de vacaciones y que ahora era su hogar, el de ella y el de Katherell y Timothy.
Una de las primeras cosas que Elizabeth se preocupó por hacer, fue meterlos a estudiar, hacerlos regresar a Hogwarts y para suerte de Katherell, Seth viajó hasta donde ella pero por que su padre había conseguido un mejor trabajo y así, ellos pudieron continuar su relación sin ningún problema, pues para colmo, se mudaron en la misma ciudad y no estaban lejos el uno del otro.
La muerte de su abuelo paterno fue la gota que derramó el vaso para ellos y la tía Rose ya no podía mantenerlos en pie por si sola, fue así como los mellizos llegaron a manos del psiquiatraa Ben Harmon, quien les daba consultas en su propia casa. El doctor Harmon era la única persona que estaba ayudando a los mellizos en manera positiva, aquellas terapias y seguimiento que tuvo con ambos, fue lo que los llevó a seguir con su vida y dejar los trastornos suicidas o automutilantes que los dos padecían. La relación de ellos con Ben fue estrecha, al menos él podía entenderlos o hacer como que los entendía en el dolor y la tragedia por la que habían pasado a los doce años. Fueron años y años de terapia, quizá unos 3 o 4 años, hasta que ambos mellizos lograron recuperar un poco de esa alegría y ganas por socializar como antes, aunque ahora, manteniéndose a raya de la clase baja que, para ellos, fue la única responsable de la muerte de su madre.
Actualmente, Katherell se encuentra estudiando Relaciones Internacionales en la Universidad Nightove, aceptada en la fraternidad de Swaney.
▲ Familia:
París sin duda esconde muchas bellezas, el romanticismo es un claro don que sus calles parisienses adornan con luces a media luz, restaurantes elegantes en los que de vez en cuando se escucha el descorchar de un buen vino que acompaña siempre la mesa de un par de enamorados. Francia es el principal escenario de una de las historias más trágicas que se pueden contar de vecindario en vecindario. Ahora hasta aquel país de lengua romance era base de hechos pasados que con sólo recordarlos, provocan el sentimiento de nostalgia, melancolía.
James Alexandre De Beaulieu era un adolescente centrado y sabía bien que su amor por la medicina lo llevaría a una de las mejores facultades del mundo que curiosamente se encontraba en su país. El nivel económico de su familia, no era de los más altos pero si de aquellos que vivían sin problemas de ningún tipo material y fue así como él logró entrar a la universidad de parís, donde unos meses después de sus estudios, se le fue otorgada una beca. Alexandre era un chico sin duda apuesto, guapo y encantador, su padre le había regalado valores de un mismísimo caballero que gracias a él heredó y que a pesar de ser codiciado, prefería estar solo y concentrarse en su carrera a la que se entregaba con pasión. Sin embargo, los intentos de renegarse al amor siempre resultan un fracaso y fue lo que pasó con De Beaulieu en cuanto cruzó por primera vez su mirada con la de Hildex Mounier en un laboratorio de anatomía.
Hildex Arabelle Mounier, una chica hermosa en todos sus sentidos, sintió aquel mismo click cuando sus ojos azules se cruzaron con los de su nuevo compañero de clase. Fue lo que algunos llaman "amor a primera vista". Una sonrisa ladeada fue lo que completó aquella explosión y detuvo el cosmos entero alrededor de ellos. Nada fue igual desde entonces.
Las citas entre ambos comenzaron a darse primeramente como amigos, amigos que sabían pronto estarían unidos por el amor que poco a poco se fortalecía dentro. La rectitud de aquella muchacha, impedía que las cosas alborotaran sus hormonas y sus sentimientos evitando una relación que más adelante sería como ninguna. Compañeros de trabajo en equipos, salidas de investigaciones e incluso compañeros de clase fue como todos pudieron percibir lo que les deparaba a ambos y ya en ese entonces sólo era cuestión de esperar. Hildex deseaba terminar su carrera especializada en medicina general para que pudiera irse con él y así, formar una familia. Quizá un año o un poco menos fue lo que tardaron para formalizar su relación y dejar de negar a todo el mundo que eran novios para que así, pudiesen estar juntos ya sin ningún impedimento. James era paciente con ella, le bastó apenas unos meses para comprender que aquella mujer con la que se había cruzado años atrás, la quería como eterna compañera en su vida, con la que quería tener hijos y ser feliz para siempre.
Fueron trece años de carrera, de los cuales disfrutaron como pareja diez años antes de graduarse. La titulación está de más para mencionarse, lo realmente importante fue lo que ellos tuvieron que esperar para que al fin un anillo de compromiso adornara la delicada mano de su ahora prometida. Los preparativos se llevaron acabo y sólo unos meses más después, contrajeron matrimonio.
"Dos espejos pueden reflejar el infinito juntos, lo mismo pasa con dos corazones enamorados."
El trabajo y su vida juntos era lo que ellos más disfrutaban en cuanto contrajeron matrimonio, su amor se avivaba día a día. Sus corazones se conquistaban mutuamente con cada amanecer que veían como primera imagen, lograban enamorarse más el uno del otro. Obviamente, aquel amor pronto dejó frutos que para ambos cambiarían sus vidas por completo. Hildex quedó embarazada de mellizos al año y medio de casada con james. La noticia dejó sólo más felicidad de la que ya había en esa familia que estaba por agrandarse y también las ilusiones fueron en incremento. El embarazo de los mellizos fue prácticamente tranquilo, un embarazo sin ningún tipo de complicaciones pero si lleno de creaciones por parte de James y Hildex. La emoción les llevó a crear cosas juntos para sus hijos que venían en camino, felices los dos pintaron el cuarto para sus gemelos, adornaron aquella habitación y se preocuparon por crear un ambiente lleno de tranquilidad, armonía para cuando ellos ya estuvieran ahí.
[...]
Fue una madrugada del 25 de enero cuando Hildex pudo comenzar a sentir las primeras contracciones cuando descansaba en brazos de james. Los nueve meses habían pasado casi sin haberlos sentido pero aquel era el momento en que ella daría a luz a sus bebés. Su esposo rápidamente la llevó al médico del mismo hospital en que trabajaban y a las 09:32 am, Katherell y Timothy nacieron al fin completamente saludables.
Hasta la fecha no se sabe quien de los mellizos es el mayor, es un secreto que Hildex y james decidieron guardar por siempre.
"Cada día es una pequeña vida."
La infancia de Katherell fue sin duda la mejor etapa de su vida, la que más llena de alegrías y recuerdos buenos le llenan el corazón.
Su salud es un factor importante desde que ella nació pues si bien jamás tuvo problemas notorios graves, poseía esquizofrenia que lamentablemente o por fortuna venía en sus genes. Su madre era esquizofrenica leve; lamentablemente o afortunadamente ella heredó aquellos dones que venían de generaciones atrás. Katherell no era una niña que pudiera quedarse quieta por mucho tiempo ya que como cualquier niño o niña pequeña, su curiosidad mataba su tranquilidad y la llevaba de extremo a extremo de su casa con el sólo hecho de investigar, de descubrir y por supuesto, divertirse. Los juguetes fueron un factor importante en su desarrollo de niña. Curiosamente, Katherell no era del tipo de niñas que jugara con muñecas, una casa o un juego de té, sus juegos se basaban en cosas pensantes, amaba los juegos de mesa con grado de dificultad y que le resultaran un reto. Los rompecabezas, adivinazas, domino e incluso el ajedrez los aprendió desde muy pequeña; su madre le enseñó a jugar. Una enfermedad que fue raramente obvia desde su corta edad, fue el trastorno de orden compulsivo. La recamara de la pequeña De Beaulieu siempre estaba en completo orden, ella solía guardar siempre cada cosa en su lugar, era un lugar demasiado pulcro para alguien de tan corta edad pero que quizá se veía opacado por lo curioso o chistoso que podía resultar ante los ojos de los demás.
Sin duda alguna, Timothy, su hermano mellizo, fue el punto más importante de su vida desde que llegaron al mundo. La unión con su hermano mellizo es algo muy característico de ella. A donde iba su hermano, iba la pequeña sin dudarlo, siguiéndole los juegos que Tim planeaba y así divertirse entre los dos. A pesar de que en algunos aspectos ambos son completamente diferentes, para ella las peleas con su mellizo no existen; quizá hayan discutido una o dos veces mientras estuvieron con vida pero los momentos que más predominaban eran los momentos felices. Timothy fue su cómplice en sus travesuras de niños, en ir por toda la casa o correr por el jardín, buscar insectos en la tierra de las macetas. Tal parecía que aquel instinto de investigador que tenían sus padres, se les había transmitido a los pequeños.
Desde aquella temprana edad, Katherell fue siempre la consentida de papá, cosa obvia por el ser la única niña de sus hijos, la "princesa" de su cuento. James fue quien más caprichos le cumplió a la pequeña y que por supuesto no tuvo efectos secundarios en la personalidad de la niña hacia él, no hubo rebeldía ni aprovechamiento por siempre obtener lo que deseaba.
La relación con su madre fue muy estrecha en esta etapa, los mimos y consentimientos también venían de su parte y sobretodo, fue en la etapa de la niñez en la que Katherell desarrolló aquellas muestras de cariño sin pena hacia su familia aún estando ya lo suficientemente grande. Gracias a la unidad de su familia, decir "te amo" de ella hacia ellos, era algo completamente natural.
"Una retirada prematura es una triple derrota."
Como cualquier ciclo de vida, Katherell pasó de la niñez a la pubertad sin siquiera saber que esa era la etapa que más difícil le resultaría por vivir.
El cambio que hubo de su niñez a su pubertad fue un cambio como cualquier otro, con sus trabas en el camino y sobretodo en la conducta pues su rebeldía aumento pero no con su familia. Katherell era una buena estudiante, dedicada en sus estudios y bien centrada en lo que quería para su vida. A pesar de todo, era una chica que resultaba muy alegre a los demás, siempre podías pasar un buen rato con ella en clase porque su facilidad de aprendizaje le hacía increíblemente rápida a la hora de trabajar y después dedicarse sólo a socializar. En la escuela tuvo más de un problema por el TOC, la dislexia y el TDHA que pudo controlar con las citas que desde los 10 años empezó a tomar con un psicólogo y por supuesto, con la ayuda de sus padres quienes jamás descuidaron de ella.
La relación con su mellizo jamás pudo ser mejor que en esa etapa o quizá si pero después de morir, de matarse el uno al otro. Timothy siempre fue un chico celoso con su hermana pero a ella le encantaba ver como su hermano le cuidaba en esta etapa de su vida, es cuando Gwendoline simplemente vive feliz y plena pues fue a los 11 años que conoció a su primer novio en la secundaria. El chico llamado Seth Owens, era un joven tranquilo y con el que el que ella podía pasar tiempo riendo, sintiéndose cómoda. Se hicieron novios quizá a una corta edad pero la madurez que había en el corazón de De Beaulieu, le permitió llevar las cosas con calma y no apresurarse. Seth es una parte importante en la vida de Katherell, sin duda ella se enamoró de él conforme pasaron los años porque jamás llegó a pesar que lo suyo trascendería incluso más allá de la muerte y sobretodo, por tantos años. Llevan casi 6 años juntos como novios y nunca han habido peleas realmente graves por una infidelidad o alguna otra cosa que pudiese distanciarlos. Al contrario, ambos entraron a ese mundo adictivo del sexo del que no han podido escapar hasta la fecha. Seth ofreció apoyó incondicional a su chica con la etapa más difícil de su vida y que se presentó cuando ella apenas iba a cumplir los 12 años de edad.
24 de enero de hace ocho años fue cuando Katherell dio por terminada su vida con un sentido verdadero. Aquel día fue cuando el cielo se nubló para ella el resto de sus días. Aquel viernes era un día de paseo con Hildex y sus hijos, james trabajaba como toda la semana acostumbraba y en el afán de no quedarse todo el día en la mansión, los niños y su madre fueron a dar un paseo por los rincones parisienses. Era una tarde realmente hermosa, el cielo estaba despejado y aquel día de verdad pintaba como excelente pues un cono de helado de la mano de su madre, era lo mejor que ellos podían pedir después de las clases en el colegio. Al sonar la campana de salida, Timothy y Katherell salieron como siempre lo hacían para buscar a su madre, quien ya los esperaba dentro del carro que estaba justo en frente de la escuela donde sus hijos estudiaban.
Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando los tres impartieron su viaje hacia la capital de Francia, felices y con ganas de realmente pasarla bien. Quizá todo aquello era demasiado bello y genial para ser verdad. No había tráfico, la gente estaba dispersa por los diferentes locales y ellos así tenían la libertad de bajar del coche cuando estuvo estacionado y dirigirse a una de las heladerías a las que acostumbraban visitar continuamente. Todo hasta ese momento iba perfecto, como habían esperado pasarla con su madre entre semana pues por suerte, Hildex había conseguido aquella tarde libre de consultorios, quirófanos o cualquier especie de consulta médica o de brujería privada que pudiese dar.
No demoraron mucho, quizá una hora o un poco menos cuando decidieron abandonar el lugar con el fin de ir de compras y caminar un rato para platicar, reír entre ellos pero... ¿aquello seguiría así?
No, nunca volvería a ser igual.
Las campanillas del local resonaron cuando la puerta de entrada se abrió para darles la despedida de la heladería y así, regresar a las calles que estaban impregnadas de un romanticismo francés muy común en aquellas zonas. Hildex planeaba llevarlos a comprar sus regalos de cumpleaños adelantados pues tan sólo un día después era el día en que los mellizos cumplían doce años y siendo chicos complicados en cuanto a sus formas de divertirse, siempre preferían llevarlos a escogerlos personalmente.
Mamá iba en medio, Katherell del lado izquierdo y Timothy del lado derecho, ambos agarrados a las manos de su madre que les brindaban seguridad... Misma que se vio corrompida minutos después.
La caminata comenzó a paso lento, de verdad la pasaban bien observando casa cosa a su alrededor y parecía que nada iba a imponerles el estar felices. No hasta Hildex soltó de ambas manos de los pequeños y los dejó atrás en la multitud. Los gritos de los pequeños se hicieron audibles pero nadie hacia nada. Estaban asaltando a su madre de una manera injusta, a punta de puños y patadas hasta dejarla inconsciente. En ese momento, el tiempo que corría rápido, escupió en su desesperación y comenzó a pasar lentamente.
Un golpe con el codo sobre la nunca de Hildex fue lo que la llevó al suelo y así, soltar las manos de sus hijos que ahora se abrazaban entre sí atemorizados por lo que estaba pasando. Ellos no lo comprendían, eran sólo unos niños que veían a su madre ser apedreada de una manera feroz en vez de darle una muerte rápida y sin dolor. Puñetazos, patadas e incluso armas de fuego eran las imágenes que más se repetían ante sus ojos, los dos lloraban, gritaban y pedían ayuda pero parecía que en ese momento a nadie le importaba lo que le estaban haciendo a la mujer que amaban.
Timothy abrazó con posesión a su hermana por primera vez, sintiendo la necesidad de protegerla de aquellos parisienses que estaban masacrando a su madre frente a sus ojos aunque quizá no fuera a servir de mucho. Eran altos y musculosos. Eran multitud para ser 2 o 3.
El dolor fue algo que invadió el corazón de la pequeña Katherell, algo en su cuerpo le equiparaba el alma en una inmovilidad que ni ella misma comprendía. Quería moverse, gritar, tomar a su madre de la mano y salir corriendo con ella y su hermano pero no, sólo podía mantenerse a cuatro o cinco metros de distancia sintiendo como una nube de lagrimas empañaba su mirar que sólo percibía la sangre del cuerpo de Hildex. El miedo la paralizó a ella y a su hermano, para Gwen los gritos no apaciguaban pero sólo alentaba a la violencia que se cometía en contra se su madre, de su mejor amiga y protectora de sueños, misma que ya estaba recostada en el suelo desangrando sus dulzura y su fortaleza. Desangrando gota a gota su vitalidad.
¿Qué podía hacer una niña de once años al ver a su madre morir sobre el asfalto por sólo unos cuántos euros? ¿Cómo se supone que una niña reaccione de manera inteligente cuando lo mejor de su vida se está esfumando por los golpes que terminaron por destrozar sus entrañas?
Preguntas sin respuestas eran las que pasaban por su cabeza.
Y así, en un abrir y cerrar de ojos aquellos malvivientes desaparecieron tan rápido de su vista como habían llegado. Ya nadie golpeaba ni gritaba, ahora sólo parecía que eran víctimas de las miradas que momentos antes ni siquiera se habían atrevido a lanzar una mísera roca para ayudarlos.
Katherell cerró sus ojos un instante, la pequeña no comprendía que era aquel quejido que su madre. No sabía si era el dolor o la voz de la muerte dentro de Hildex. Las cadenas que le habían impedido caminar hacia ella minutos antes, la libraron y sus piernas comenzaron a imitar lo que eran pasos torpes y hundidos en un tembloroso andar que se detuvo justo al llegar hasta la mujer que le dio la vida. Ella cayó de rodillas y en seco, tomó el cuerpo ensangrentado de su madre y poso su rostro en sus piernas que se veían pintadas por aquel líquido rojizo intenso que adornaba casi todo el cuerpo su madre.
Una punzada en el corazón fue lo primero que sintió, aquella presión en su pecho le impidió gesticular o anunciar aunque fuese una palabra y tan sólo se mantenía a observar con horror lo que estaba pasando. Cuando por fin pudo reaccionar, fue tarde... Katherell vio a su madre cerrar sus ojos agotados y con hematomas que se habían clavado en los de ella. Aún los recuerda. Cristalinos, llenos de angustia y dolor, inundados en lagrimas de sangre que le regalaban y rogaban un "perdón" y un "te amo, Katy" para que después se entregara eternamente a los brazos de la muerte.Katherell detuvo el llanto unos instantes, unos contados segundos mientras un temor y un ataque de furia le invadía el cuerpo pero por sobre todas las cosas, el dolor por tener sobre ella en las peores condiciones a la mujer que le había regalado la vida, con la que unos minutos antes había estado comiendo helado y que planeaba comprarle un regalo para que el día de mañana tuviera un feliz cumpleaños. Cumpleaños que sería el peor de toda su vida pues su madre no estaría ahí para abrazarla y felicitarla. Ya no volvería con ella, nunca más.
El silencio reinaba en la calle pero fue abruptamente interrumpido por un grito desgarrador que escapaba de su garganta y que la obligaba a sujetar el rostro de Hildex en alto, rogando y suplicando que no la abandonara, que la amaba y la necesitaba a su lado. Que por favor despertara, que papá la curaría de todas sus heridas y que se quedara con ellos para festejar su fiesta de cumpleaños. Sin embargo, los gritos y caricias bruscas y desesperadas fueron completamente en vano. Lloraba, hacía pedazos su garganta con cada suplica por que se mantuviera con vida pero nada funcionaba, su madre estaba muerta y ahora ellos estaban solos, sin papá que era el único para ella que podía revivir a mamá...
Las ilusiones, alegrías, virtudes y sueños que una niña de esa edad tenía, se vieron regalados e intercambiados por odio, rencor. Dolor. Infinito dolor.
"Rendirse es la forma mas cobarde de aceptar tu propia derrota."
¿Feliz 25 de enero? Para nada, su cumpleaños sinceramente no tenía un mísero valor cuando ella sólo podía llorar y maldecir a su manera a aquellos que le habían arrebatado a su madre. Pasó aquel día de velorio con la mirada perdida, los ojos hinchados de tanto llorar y con la mente ausente, escuchando aquellas cosas que nadie más podía o quizá solamente su hermano mellizo. La esquizofrenia pasando la muerte de su madre fue un detonador rápido que acabo con la sonrisa y ese carisma que ella tenía, su vida dio un giro drástico y como se ha mencionado, ya nada fue igual para ella pues a partir de la esquizofrenia que se vio en aumento, se crearon nuevas enfermedades que comenzaron a acabar con su tranquilidad y sencillamente con sus ganas de vivir. Trastorno paranoide fue el primero en aparecer, la enfermedad que había heredado de su madre al verse en situación crítica, Katherell comenzó a escuchar voces en su cabeza, empezó a sentir que jamás estaba completamente sola y sólo alteraba su sistema nervioso llevándola a un trastorno psicótico sádico agudo ya que al verse imposibilitada de acabar con la paranoia, su psicosis se descontroló y a veces no podía estar sin siquiera recordar la muerte de su madre, en lo sangriento que había sido y en lo que ella haría a quienes la mataron, algo mucho peor. Si bien la impotencia por no poder hacerlo no la llevó a vengarse con los demás, si con ella misma en forma de un trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo y conducta suicida. Le había bastado con robar una navaja de la cocina para que en sus muñecas, piernas y brazos comenzaran a aparecer heridas graves, profundas. Katherell empezó aquel desorden suicida que marcaba su cuerpo cuando estaba enojada, deprimida o completamente en paranoia por que fueran a matar a su padre, a Timothy o a Seth, situación que la hizo usar su hiperactividad de forma negativa.
A los pocos días de que Hildex murió, Katherell De Beaulieu presentaba una fobia social que la llevó a no querer ir al castillo. Al ver demasiados chicos y chicas juntos, pensaba sólo en aquel momento en que veía a su madre morir y en que lo mismo podía pasar con su familia {incluyendo a la tía rose} y su novio.
Su vida se convirtió en un tormento y más con lo que pasó tres meses después de la ausencia de su madre.
"De los deseos más profundos surge a veces el odio más destructivo."
¿Fortaleza? ¿Alegría? ¿Justicia?... ¿dónde había perdido lo mejor de su vida? ¿de verdad Katherell merecía todo aquello? No, no lo merecía.
Sus anhelos se basaban ya en una sola cosa, recuperar a sus padres y obviamente aquello no podía ser. Era completamente inútil. Rose Elizabeth era la única persona que podía sostenerlos con fortaleza y evitar que dos niños, sus dos sobrinos, comenzaran a decaer y fue así como ella tomó la decisión de llevarlos lejos de su actual residencia en Francia, a una mansión heredada por parte de su abuelo en Connecticut, Estados Unidos. En aquel país, Rose tenía una casa a la que solía ir de vacaciones y que ahora era su hogar, el de ella y el de Katherell y Timothy.
Una de las primeras cosas que Elizabeth se preocupó por hacer, fue meterlos a estudiar, hacerlos regresar a Hogwarts y para suerte de Katherell, Seth viajó hasta donde ella pero por que su padre había conseguido un mejor trabajo y así, ellos pudieron continuar su relación sin ningún problema, pues para colmo, se mudaron en la misma ciudad y no estaban lejos el uno del otro.
La muerte de su abuelo paterno fue la gota que derramó el vaso para ellos y la tía Rose ya no podía mantenerlos en pie por si sola, fue así como los mellizos llegaron a manos del psiquiatraa Ben Harmon, quien les daba consultas en su propia casa. El doctor Harmon era la única persona que estaba ayudando a los mellizos en manera positiva, aquellas terapias y seguimiento que tuvo con ambos, fue lo que los llevó a seguir con su vida y dejar los trastornos suicidas o automutilantes que los dos padecían. La relación de ellos con Ben fue estrecha, al menos él podía entenderlos o hacer como que los entendía en el dolor y la tragedia por la que habían pasado a los doce años. Fueron años y años de terapia, quizá unos 3 o 4 años, hasta que ambos mellizos lograron recuperar un poco de esa alegría y ganas por socializar como antes, aunque ahora, manteniéndose a raya de la clase baja que, para ellos, fue la única responsable de la muerte de su madre.
Actualmente, Katherell se encuentra estudiando Relaciones Internacionales en la Universidad Nightove, aceptada en la fraternidad de Swaney.
▲ Familia:
- Padre: James Alexandre De Beaulieu
- Madre: Hildex Arabelle Mounier
- Hermano/as: Timothy Adrian De Beaulieu Mounier
Datos Adicionales
▲ Ama la política y el derecho.
▲ Desea estudiar una maestría en Ciencias Políticas y un doctorado en Derecho Int. Público
▲ Ha participado en Modelos Estudiantiles de la ONU como embajadora de Corea del Sur, Alemania, Rusia y Francia.
▲ Detesta el olor a cigarro.
▲ Es de un carácter casi imposible.
▲ Ama los dulces.
▲ Desea estudiar una maestría en Ciencias Políticas y un doctorado en Derecho Int. Público
▲ Ha participado en Modelos Estudiantiles de la ONU como embajadora de Corea del Sur, Alemania, Rusia y Francia.
▲ Detesta el olor a cigarro.
▲ Es de un carácter casi imposible.
▲ Ama los dulces.
Invitado- Invitado
Re: Katherell De Beaulieu Mounier
Ficha aceptada
¡Bienvenida al foro! diviértete, pásala bien, no dudes en consultar si tienes algún problema y claro no te olvides de rolear. Esperamos que tu estancia en Nightove sea agradable.
Adam J. Strummer• Miembro Besten • - × Edad : 34
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