¡Puesto de Besos NADMEAN! 1313 ─ TRAMA GLOBAL

La sangre le hervía bajo la piel, ya era la cuarta vez que le daba la vuelta a su fraternidad mordisqueándose las uñas. La sola imagen mental de él en el evento le producía repeluz, suspiró molesta y golpeó una pared. – Ugh, ya que- sacó su móvil y tecleó un par de palabras en su móvil y se las envió a Simon. Si iba a hacer lo que tenía en mente lo iba a necesitar. Correteó por el campus como alma que se la lleva el diablo hasta el cajero donde retiró una considerable cantidad de dinero, el chico no tardó en llegar – Ni una palabra, solo sígueme- dijo la chica enfuruñada, lo cierto era que no estaba de humor. Tomando al chico de la muñeca se encaminaron hasta llegar a la fraternidad de Kendall donde un flamante mantel indicando el evento, pudo jurar que le escuchó decir algo pero no distinguió el que.

Se apresuró al puesto de Kendall arrastrando a Sid con ella, Jude estaba al lado de ella, a este le dio una mirada rápida mas se le plantó a su prima cuando terminaba de besar a Jack. – Vengo a hacer negocios prima- dijo corriendo su compañero de fraternidad del puesto – Tranquilo Jacobo, cuando termine siguen- le dijo con rapidez al chico. Miró a Kendall con una firmeza y seriedad indiscutibles, abrió su bolso y sacó un grueso fajo de billetes – Te lo cambio- dijo afanada señalando a Simon que estaba detrás de ella – Puto profesional tatuado con chaqueta de cuero incluida mas doscientas libras para cubrir el tiempo de Jude –dijo con perspicacia mirando a Kendall.

Tras aquel desesperado mensaje de texto no tuve más que caminar algunos pasos para salir de la casa de Rebeal y allí estaba ella.Tras aquel desesperado mensaje de texto no tuve más que caminar algunos pasos para salir de la casa de Rebeal y allí estaba ella. Bastó una fracción de segundo para notar que estaba histérica, pocas veces la había visto perder así la cordura y no pude evitar discimular una gran sonrisa al ver como venía hacía mi como si se le estuviese yendo la vida por al lado. — Me imagino que todo esto no es por mi... — mis palabras fueron sordas a su oído ya que tan pronto como la distancia entre los dos se acortó sus acciones se limitaron a tomarme de la mano y arrastrarme como si fuese una simple valija por todo el campus.

No tenía idea de a donde ibamos y mucho menos me imaginaba el por qué de semejante revuelo, pero todo comenzo a aclararse cuando vi a la distancia el puesto que se habían montado en la fraternidad de los azules, adornado con un exagerado cartel que anunciaba un "Puesto de Besos Nadmean". ¿Como es que se montaron todo esto y no me había enterado? Lo primero que pensé fue lo correcto, el "novio" de Bonnie, si es que así podía llamarse a la relación que tenían, pertenecía a la fraternidad y ella no iba a permitir que otra lengua además de la suya, y presuntamente la de Lyanna, fuesen a posarse sobre la de él. — Que carajo... — sentencié al ver toda la secuencia, una morocha desesperada por secuestrar a Jude, Kendall que acababan de partirle la boca de un beso y un grupo de chicas y chicos atónitos ante la desconcertante propuesta de la líder naranja. Me quedé en silencio, perplejo pero contemplando la respiración agitada de Bonni y la vena que parecía a punto de estallarle en la frente.

Todo fuera por la caridad. O eso es lo que se decía Lena mientras entraba en la cabina de besos Nadmean. En realidad por la caridad y porque su mejor amiga la había amenazado, pero bueno sobre todo por lo primero. Observó la zona con curiosidad y vio a Bonnie y Sid justo delante de ella. Podría haberse sorprendido de lo que hacía la búlgara, pero lo cierto era que a estas alturas del partido era improbable decir que hubiese algo de la morena que no fuera alocado. Puesto que besar a Jude no entraba dentro de sus planes, no le quedó otra que decantarse por su mejor amiga, y fue una buena elección porque el numerito que se estaba montando delante de ella era épico.

Al escuchar a Bonnie, se empezó a reír sin poder evitarlo. "Perdón, lo de puto profesional me ha llegado al alma." se disculpó, riéndose todavía por lo bajo. Vista la cara de sorpresa de Kendall, y la buena idea que había tenido la prima de la Nadmean no pudo evitarlo. "Yo creo que es buena idea. Sid seguro que recauda más fondos..." esbozó una media sonrisa inocente como si no se acabara de aliar con la líder Rebeal. Si es que la rubia y la morena juntas eran un peligro constante. Por supuesto ella iba a perder su dinero por Hammerschmidt azul, no por el puto profesional... por mucha caridad que hubiese no sería buena idea. No.

Luego de un parpadeo se asomaron los azules por entre aquellas largas y pobladas pestañas, reconociendo al que sería por obviedad el primer cliente. Negó con suavidad, posiblemente ni siquiera fue notorio para alguien más que no fuese Jude. Conocía lo suficiente la cabeza de ese Rebeal como para saber que en definitiva iba a ser partícipe de un evento como ese, y sabía que ella sería uno de los blancos, esta vez, el primero. La líder Nadmean asintió alzando las cejas en respuesta al comentario del rubio para seguidamente reír divertida ante lo obvio. ─ Pues ya qué. ─ Contestó al ponerse de pie y tomarlo por la chaqueta, uniendo sus labios de manera brusca, sin delicadeza alguna, sólo por unos instantes, dejando un leve mordisco en el labio inferior para después apartarse.

Las cejas castañas volvieron a alzarse al ver frente a ella a Bonnie con esa mueca de decisión y su brillo en los ojos, tan respectivo de ella. Sólo podía esperar una cosa, y estaba en lo cierto, la búlgara tenía un plan para sabotearle el suyo. Observó despectivamente el fajo de billetes y una sonrisa ladina se dibujó en su pecoso rostro al escuchar 'te lo cambio'. Soltó una carcajada con lo siguiente y al terminar, la miró con seriedad. ─ No lo sé, Bonnie. Es tentador, pero… Creo que el público preferiría a alguien dulce y tierno como Jude. ─ Estaba tentando al diablo, por supuesto que sí. Sabía que se ganaría la paliza de su vida si le negaba algo a ese destello azulado. Extendió su mano hasta la de su prima. ─ We have a deal, babe. ─ Su mano derecha se posó sobre el hombro del joven sublíder que seguramente se sentía vilmente vendido, frustrado y sin duda alguna estaría enfadado con el par de castañas. ─ Pero él se queda conmigo. Después de todo, querida, es un evento Nadmean y necesito a mi mano derecha conmigo. ─ Explicó con tranquilidad, a la defensiva porque sabía que le tocaría horca si no tenía cuidado. ─ Sid, ahí tienes una silla. ─ Señaló a su lado izquierdo, él encabezaría la fila ahora. ─ Y Bonnie, puedes quedarte a supervisar que el trato sea cumplido si eso deseas. ─ Clarísimo como el agua era el odio que la menor de las Hammerschmidt le tendría a ese comportamiento en Kendall, pero de alguna forma debía disculparse con Jude por lo sucedido.

¿Cómo se había dejado arrastrar a aquello? Pues era un misterio, pero de todas formas ¿por qué no? No es que precisamente las tías de la cabina de besos fueran orcos de Mordor o algo así. Todo lo contrario, a decir verdad, pero esas cosas no iban con él. De lejos vio a su hermana y quiso esconderse porque anda que no era raro verla en un lugar así. Además, ¿qué mierda estaba delante de la silla de una tía? Prefirió pasar por alto ese pequeño detalle y buscó entre los bolsillos de los pantalones la cartera para pagar. - Bueno, ¿qué hay que hacer aquí para que te den un beso? - miró interrogante a las dos chicas que no conocía y a Ariel. Besar a esta última sería muy raro, pero como era la única que conocía un poco al final se decantó por ella. -No es nada personal, otra vez será.- les dijo a las demás con una sonrisa simpática.

Se puso delante de la pelirroja y sacó un par de libras. Ya de besarla, por lo menos que fuera algo con consistencia que si no, vaya puta mierda. Para dar picos, besaba a su hermana y no es que precisamente le fuera la vida en ello, vaya. Ni tampoco lo había hecho nunca, que quede claro. El incesto es malo. Le dio el dinero a la muchacha y se quedó expectante. -¿Esto cómo funciona?- ¿tenía que besarle él o esperar a que ella le besara? Vaya mierda, de verdad, que fácil era estar en la academia militar no había polladas de estas, que sí, que eran divertidas, pero no se sentía como un puto extraterrestre que recién ha pisado la Tierra. Era desesperante como poco.

La líder se levantó de la silla y Jude la vio cumplir con su tarea, esbozando una divertida sonrisa. Fue testigo de la reacción de la chica momentos antes, cuando el rubio muchacho se acercó al puesto, con intenciones bastante claras. Hasta el momento todo dejaba suponer que la jornada tendría un desenlace bastante entretenido, al menos eso esperaba. Tristemente sus ilusiones no llegar a tomar forma, en el mismo momento que sus cavilaciones se desarrollaban favorablemente, la renegrida y alocada melena de Bonnie apareció entre la asistencia. Con ella arrastraba a Simon y parecía bastante alterada. Finalmente terminó por aproximarse a Kendall, proponiendo un trato verdaderamente descabellado. —¿Qué mierda? ¡No!— no demoró en protestar, pero no parecía tener demasiada participación en los negocios de las Hammerschmidt, al igual que Simon. La mirada que dirigió a Kendall no terminaba de definirse entre asesina y suplicante, la última vez que había comprtido un momento con Bonnie había terminado con la cara rota de un botellazo, y aún no terminaba de curarse. Los comentarios de Lena tampoco ayudaban demasiado.

No tuvo suerte, Kendall cedió ante los caprichos de su prima y le vendió como si solo se tratara de un trozo de carne. —No puedes venderme. Estás fomentando que se comportarse como una niña— se quejó con molestia, poniéndose de pie en el instante que el trato quedó cerrado. Por lo menos Kendall amortiguó el trato permitiéndole quedarse en el puesto sin hacer nada... perfecto.—¿Qué ganas con esto, Bonnifer?— inquirió con severidad, plantándose firme delante de la morena.

A pesar de no tener un solo peso para despilfarrar un beso no le caía mal a nadie, aun que de nada le costaba conseguirlos gratis ayudar a la causa de los Nadmeans no le vendría mal. Se dio una ducha al llegar a su habitación del trabajo, su jefe era el más grande de los cabrones, pero pagaba bien dentro de lo que cabía así que debía aguantarse las ganas de molerlo a golpes y hacerle de peón al imbécil. Una vez estuvo limpio caminó hasta la fraternidad de los azules, la conocía a medias había terminado allí con un par de chicas una que otra vez pero sus nombres ni los recordaba. Desconoció el alboroto que parecía haberse formado entre lo que distinguía como la líder de los Nadmean y la de los Rebeal, nunca les había trato y solo sabía que eran de esas a las cuales mejor tenerlas de lejos.

Dio un vistazo general y vió a un par de chicas disponible, una en particular le llamó su atención, charlaba de manera amena con otra chica castaña, no era de aquellas buenorras a la que te les lanzarías en la disco pero tenía algo. No demoró en ocupar su sitió y sacó su billetera del bolsillo trasero de su pantalón, ocultó la impotencia de la billetera medio vacía y sacó unas cuatro libras y las colocó en la mesa. Le ofreció una sonrisa brillante y encantadora a la chica en cuya placa leía “Freyja” - ¿Eso es suficiente preciosa?- cuestionó en tono diligente con una arrebatadora confianza.

- Exacto - reafirmó al ver el aparente apoyo de Lena, sonrió ampliamente, Kendall sabía muy bien que era capaz de prender fuego a la mesa sino conseguía lo que quería. Ella era así, para su desgracia caprichosa y si quería algo lo conseguía bajo cualquier término. Miró a Kendall expectante, ignorando por completo las quejas de Jude ni siquiera le determinaba a pesar de ser él a quien negociaba, sonrió invicta una vez su prima accedió – Perfecto entonces- dijo colocándose de pie para darle paso a Lena que aguardaba a que aquello terminara. Se encogió de hombros y asintió ante la petición de que se quedara. –Yo me quedaré- dijo en tono arisco, su malhumor no iba dirigido a nadie y esperaba que Kendall lo entendiera era algo más… global. – Hurry up manwhore, tienes trabajo que hacer- le ordenó al castaño pellizcándole las mejillas y dándole una nalgada para que fuera al puesto asignado. Vamos, ¿una fila de chicas esperando a pagar para besarlo? ¡Le encantaría!

Se arrojó en la silla del puesto de Jude que ahora estaba completamente vacía, las chicas parecían haber huido al verle sus aires furibundos. Miró a Jude con creciente desprecio –No lo sé- sinceró cruzándose de brazos. Todo aquello había sido uno de sus arrebatos. Lo cierto era que no quería nada que ver con él, ni besarlo, ni hablarle, ni tocarlo, ni siquiera le quería ver o saber que ocurría con él. Seguía molesta por el último episodio, seguía arrepentida de haberle confesado de manera tan atropellada por sus sentimientos, seguía demasiado confusa y dolida como para pensar con claridad. – Siéntate y deja el espectáculo- ordenó con acidez la muchacha desviando la mirada, a lo lejos vió a Lyanna mirándoles le dedicó la más rencorosa y ponzoñosa de las miradas, sintiendo como los nervios le hervían ante la prescencia de la chica. Retiró su mirada de ella y clavó en el suelo, odiaba aquel momento, la despreciaba a ella y estaba sentida con él. - Mierda - masculló con rabia, quería estar muy lejos y aun así seguía allí.

Mascaba chicle detrás de la larga que mesa que anunciaba el evento de los azules. Como lo de los prejuicios no era algo que fuera un top en su lista, no le suponía mucha molesta vender besos si después podía pasarse una semana de fiesta en la playa, de hecho le parecía hast aun trato bastante justo.
Ladeó la cabeza cuando vio llegar a Bonnie desairada, poniendo el fajo de billetes sobre la mesa. Rió ante el trato y aunte la imposibilidad de la buena de Kendall en negale el que comprara a nuestro sublíder como el compra un saco de patatas. Se relamió un instante mirando al naranja que iba a ocupar su lugar, aunque acto seguido lució su mejor cara de ofendida. — ¡Eh, Camomila, ¿qué pasa, el resto de los azules no tenemos unos labios bonitos?! — acusó medio divertida a su compañera en el proyecto del periódico, para después poner morritos. — O te dejas en todos nosotros un par de libras o firmaré todo mal artículo en tu nombre. — amenazó más en broma que en serio a la rubia, poniendo después una de esas cándidas sonrisas para añadir. — Es por una buena casua, te pagaré una piña colada en la playita a cambio. — aseguró antes de ver que que al parecer tenía un cliente en aquel acto.

Escupió nada sutilemente el chicle que había mascado a su izquierda, procurando no dar con él a la pelirroja Aeryn. Ladeó la cabeza arrastrando las cuatro libras con su dedo índice. — Cuatro libras, son cuatro besos castos o pro el contrario dos un poco más intensos. El cliente siempre tiene la razón, así que ¿qué será? — preguntó divertida jugando como siempre con su pelo. — No hace falta que me halagues, los besos ya los has pagado. — acabó por reír encongiendose de hombros a la espera de la elección de aquel chico. Lo cierto es que como cliente de besos, no le pareció para nada desagradable.

De buenas a primeras ni se había fijado en la presencia de su hermano, pero cuando escuchó su voz no pudo más que volver la vista hacia el chico con una sonrisa divertida en los labios. No obstante ella tampoco le dijo nada, porque era la cosa un poco incómoda. Rápidamente al escuchar la voz de Freyja, se movió unos pasos y sonrió a la Nadmean. "No, si al final tendré que cobrar yo por dejar que me beséis." comentó graciosamente, visto el éxito que de repente parecía tener. Echando una breve mirada al pobre Jude -con el que no tenía nada en contra- hizo una mueca de disgusto. En el fondo se sentía un poco mal, pero solo lo había hecho por meterse con Sid, no porque no creyera que Jude no tenía facultades. Todo lo contrario. De cualquier manera se volvió a centrar en Frey. "Venga, vale. Me dejaré algo más de un par de libras."

Haciendo una especie de reverencia cuando vio a Bonnie apartarse, se colocó frente a su mejor amiga y pagó diez libras. Cinco por ella y otras cinco por Freyja, pues no quería que pensara que era porque no se mereciera un beso suyo. Para nada, simplemente se veía en la obligación de ir a por la morocha porque a fin de cuentas era la líder y entre ellas tenían que ayudarse con las cosas de fraternidad. Así que sí, obvio, se coló delante de Adrien y dio un sonoro besazo a Stratford en la mejilla en ese lapso de tiempo en el que Kendall se organizaba con su nuevo kisser y a Bonnie no le daba un ataque al corazón con Lyanna cerca. "Toda tuya Poulsen." le guiñó un ojo al chico y volvió a donde su mejor amiga. Por supuesto de allí no se marchaba sin recibir su beso. Se estiró, como si fuera a ponerse delante de un combate y sonriendo con gesto malicioso levantó la vista verdosa hacia la morena. "K, el momento ha llegado. Déjame sin aliento." bromeó, haciéndole un gesto con las manos para que atacara y se inclinó hacia delante para ir al encuentro de su mejor amiga. Sí, momento épico donde los hubiese, pero la confianza daba mucho asco, todo el mundo lo sabía.

¿Un puesto de besos? Los Nadmean como siempre llamando la tensión con el fin de sacar un buen provecho de esto, me gustaba...Sonreí negando con la cabeza pero aun así me acerque, conocía unos cuantos Nadmean y ahorita se me antojaba ver a Kendall y Allison . Vi a la Lider en la primera silla junto a Jude, estiré mi brazo para estrechar su mano y le note un poco enojado, mire a mi alrededor y allí estaba Bonnie, bese su mejilla y ofrecí mi mano a Sid con el fin de apretujarla. Me acerque de nuevo a la Nadmean Hammershmidt acomodando mi maleta en uno de mis hombros – ¿No te da vergüenza cobrarle un beso a tu primo? Es el colmo Kendall – le dedique una sonrisa lobuna dejando un par libras sobre la mesa – colaboraré con la causa -estire mis labios exageradamente y cerré mis ojos para después soltar una risita y plantar un beso en su mejilla. Camine hasta llegar donde Allison, tal vez ella era la causa para estar aquí parado. – Buenas- sonreí – Quiero un beso de esos que te dejan con ganas de más…¿ Cuánto valen esos? – dije esculcando mi billetera notando que no tenía suficiente dinero. Saque dos libras y las deje sobre la mesa – que sea bien rico por favor, no tengo mucho dinero…- me queje mintiendo, apoyando mis manos sobre la mesa…Puta mesa se interponía pero no dejaría que arruinara lo que estaba pasando

Observó la escena divertido y se limitó a reservar una sonrisa ante la espontaneidad de la chica y Lena, que sí reconocía por sus constantes visitas a la fraternidad, que le daba un sonoro beso a la azul en la mejilla. La líder de las moradas era agradable, sorprendentemente no poseía la característica arrogancia y prepotencia de las miembros de su fraternidad. Se encogió de hombros entretenido – Encantado Gallagher- dijo sin perder su embaucadora sonrisa, fijó nuevamente la vista en la pecosa. El escupitajo de chicle en el suelo evidenciaba su carencia de modales, que a diferencia de ella iba bastante arraigado en él. Mas no le disgustó, en lo absoluto, incluso incrementó su interés por su falta de educación.

Sopesó las dos opciones balanceando el briquet entre sus dedos y había una que sopesaba indiscutiblemente – Si como besas como sonries me voy por la segunda opción- dijo con aire galante, se inclinó acortando la distancia con la chica – Los cumplidos son cortesía de la casa- le aclaró a la chica antes de atrapar los labios de ella entre los suyos con gentileza.

Había oído de la actividad de los nadmean, todo el mundo hablaba de ello, tenían un puesto de besos, a ella le gustaba participar en actividades de todo tipo siempre, cuando se necesitaban colaboradores para algo es una de las que levantaba la mano de inmediato. También hace labores sociales,ayuda en un orfanato dos veces a la semana, les hace juegos a un grupito de niños, es lindo alegrarles aun que sea un poquito el día.

No sabía como podía ir a participar en esta actividad, si bien era cierto que llevaba un poco de tiempo ya en la universidad, la verdad que no conocía a ningún azul. Me pasee más o menos lejos por el puesto, para ver si veía a alguien que se me hiciese familiar, pero no, la verdad solo había compartido con gente de mi fraternidad, entonces me acerque tratando de parecer firme en mi decisión, me di cuenta también que en su mayoría habían chicas, por lo que suponía que me llevaría un beso en la mejilla, el asunto era ayudar un poquito más que sea. Llegue a una de las mesas, de las primeras, había bastante gente, así que espere paciente mi turno y deje cuatro libras sobre el puesto improvisado y con una sonrisa hable - he venido a colabora, no elijo a nadie en especial, así que quien este disponible me conformo - dije con un leve rubor pero aun sonriendo, esto de ser un tanto tímida siempre me jugaba en contra

Pd: No sabía como entrar a la trama global, no conozco azules, pero bueno ya entre

Al oír su apellido del tío que tenía al lado casi se da un susto de muerte. ¿Le conocía? ¿De qué? Hasta que se dio cuenta de que su hermana iba repartiendo besos a diestro y siniestro... Joder, joder y mil veces joder. ¿Qué cojones estaba haciendo Rebecca? ¿Es que en la universidad todo el mundo hacía ese tipo de cosas? Estaba tan sorprendido que no podía apartar la mirada hacia allí, complentamente despistado con el propósito inicial de su llegada: pagar, besar a alguien y marcharse. Pero no podía. Recordando que estaba manteniendo una conversación con Ariel, se volvió hacia ella con la sorpresa dibujada en el rostro. - No, no bromeo. ¿Por qué iba a hacerlo? ¿Tan feo soy como para que no aceptes mi dinero y me des un beso? - preguntó alzando las cejas con curiosidad. Que eh, no es que fuera el próximo mister universo o alguna mierda así, pero tampoco se consideraba un tipo feo; del montón en cualquier caso.

Carraspeó con una sonrisilla ladeada y maliciosa en el rostro. Hombre si lo planteaba así... - Va, pelirroja, bésame en condiciones. Si quisiera un pico se lo daría a mi hermana, y ella me lo daría gratis.- echó un vistazo por el rabillo del ojo a la aludida, pero como estaba tan ocupada montando una escena esperó que no le oyera porque era capaz de ir y dárselo. - Si me gusta te doy un extra de propina, por la amistad que nos une y eso.- bromeó con una sonrisa de oreja a oreja. Era capaz de ir a besarse también con la morena, la líder, solo por hacer la puñeta y ver qué Gallagher besaba mejor. Y si lo sopesaba bien... no era tan mala idea después de todo.

Kendall sintió una pequeña punzada estrujándole el pecho cuando Jude se quejó y más aún, cuando se halló de pie lejos de ella. Conocía lo suficiente a Bonnie como para saber que lograr sus objetivos era una de las cosas en las que se mantenía invicta y vaya si su cerebro le daba incluso de más para lograrlo. Tomó el suficiente aire como para llenar sus pulmones y exhaló exhausta mientras Bonnie tomaba el asiento al lado de ella. Sonrió ante los comentarios de Frey y observó a su mejor amiga siendo partícipe por lo que se aguantó una risa. Saludó a Liam sonriente y respondiendo el pequeño beso en la mejilla. Ladeó su cuerpo a la derecha, donde ahora estaba sentada su prima. ─ No quiero desastres, Bonnifer Hammerschmidt. ¿Estamos? ─ Más que nada lo decía por cómo le respondió a Jude y la tremenda regañiza que seguro se iba a ganar luego del evento. Vaya si tendría que recompensar a Hetfield por aquello. ─ Creo que cierto Rebeal no está recibiendo tanta clientela como parecía prometer. ─ Comentó al aire. ─ Vamos, Simon, quita esa cara y ponte bonito. ─ Quizá 'bonito' no fue la palabra correcta.

Los orbes azulados siguieron fijamente las acciones de la líder Bithaen y no pudo evitar sonreír abiertamente al anticipar sus intenciones. Una vez más ahogó una risa en el momento en que Becca se inclinó hacia ella y alzó las cejas mordiendo su labio inferior como si de verdad quisiera besarla, siguiendo el juego que le planteaba. Hasta qué punto llegaba la confianza. Se puso de pie y se inclinó para besarla ya consciente de cierto intruso queriendo captar el momento que se vio totalmente arruinado cuando al besar a la Bithaen y presionar el botón de la cámara fotográfica, el dedo medio de la mano derecha de Kendall se interpuso cubriendo justamente el roce de los labios de ambas chicas. Habiendo cumplido su parte con éxito y encima joderle el jueguito al Besten, se separó de su mejor amiga y sonrió ampliamente al ver la cara de Evan y escuchar sus quejidos. ─ Lo siento, Streubel. Pero no se te hará tan fácil conseguir una imagen así. ─ Le dedicó una sonrisa dulce e inocente, adrede, y seguidamente alzó su mano para 'chocarla' con la de la rubia. ─ Nada mal para ser una Bithaen, Gallagher. ─ Sabía a lo que se refería.

No quería mirar a su rededor, pero era difícil cuando tenías a tantas personas prestándola atención. Y eso que a ella no le gustaba lo de ser el centro de la mirada de nadie, pero aquel día lo había conseguido con creces. ¡Hasta el enano miraba! "Evan, ni se te ocurra, pedazo de pervertido." sonó cual amenaza que se iba a llevar a cabo, y la rubia no era ninguna perezosa en cuanto a venganzas se trataba. Pero claro tenía los labios de Kendall demasiado cerca como para ahora coger y quitarle el móvil a su mejor amigo. La confianza daba asco hasta en cosas así, incluso cuando se trataba de caridad. Intentó no pensar la de gente que la estaba viendo hacer aquello y simplemente dejó que sus labios se movieran bajo los de Kendall durante el lapso de tiempo que ella creyó estimable. Se separó y se empezó a reír sin poder evitarlo, había sido raro como poco, pero le guiñó un ojo a su mejor amiga de manera cómplice. "Lo mismo te digo, K." alzó las cejas de manera graciosa y le chocó la mano con total desparpajo. La había entendido perfectamente y era de esperar que nadie se esperara que una Bithaen hiciera algo así. De hecho, lo más sensato sería decir que iría a donde Simon con cara de repugnancia, pero por lo menos era un tío y eso estaba mejor visto. Aunque quizás lo más razonable sería decir que una Bithaen jamás pagaría a nadie para que la besaran por mucha caridad que hubiese de por medio.

Apartándose de la fila, se acercó a Evan y le dio un puñetazo en el brazo. "Mira que eres capullo." le dijo, revolviéndole el pelo con una mano. Echó un vistazo hacia el resto y comprobó como cierta pelirroja le comía la boca a su hermano, pero no dijo nada. "Bueno, Evan, ¿también probarás a Kendall o solo has venido a ver el bonito espectáculo?"

-¿Yo? ¿Hermano sobreprotector? - alzó las cejas sorprendido porque le viera de esa manera con su hermana mayor. -¡No flipes! Rebecca es capaz de darme una tunda y dejarme tirado en el suelo.- aunque bueno, un poquito sí que lo era porque a fin de cuentas una de las razones para aparecerse por allí era ella. Tampoco pasaba nada porque sintiera que debía protegerla ¿no? De todas formas volvió la vista y comprobó como las dos chicas se besaban e hizo un gesto a Aeryn. -Que bonito, eso es amor.- se llevó la mano al pecho, dramatizando cual actor Shakespeariano. Con gesto burlón, se rió del comentario de que le gustaban con ojos claros lo que le recordó a su hermano John, pero no amedrentó su buen humor. -Menos hablar y más besar.- murmuró contra sus labios cuando se acercó. Ni corto, ni perezoso exploró la boca de Aeryn con gusto hasta que el tiempo se agotó. Una pena, él hubiese continuado, pero estas cosas eran así, suponía. Sonrió a la chica y le dio otra libra de propina, tal y como había prometido. -Que tengas un buen día, Ariel. Si me disculpas me voy a presentar formalmente a tu líder...- dijo en un murmuro burlón, dejando un beso en la mejilla de la pelirroja con total confianza.


Viendo que su hermana hacía espacio y sin tan siquiera pensarlo ni medio segundo, se coló de toda la fila que había de personas esperando por pagar a la líder Nadmean y se puso el primero. No esperó a que le dijera nada, simplemente tomó el rostro de Kendall y la dio un beso de infarto. Literalmente la comió la boca, como si nada, como si lo fuera haciendo todos los días con cada tía que veía. Se separó con una sonrisa pervertida de la muchacha y estiró la mano a modo de presentación educada. - Encantado, soy Steven Gallagher.- dijo ensanchando un poco más la sonrisa maliciosa que se había alojado en su rostro. Pero eso no es todo, porque para darle la guinda al pastel -así de natural como él era- añadió: - Entonces, ¿qué Gallagher gana? No me digas que la rubia... lo mío ha sido más sorprendente.- dándose méritos él solito con ese aire coqueto y de cabrón de manual.