¡Puesto de Besos NADMEAN! 1313 ─ TRAMA GLOBAL

Se quedó un buen rato observando el ambiente, dado que allí nadie parecía querer explicarle de qué iba todo. Finalmente, captó la idea. Por unas pocas libras tenías derecho a un beso con uno de los pitufos. Lo cierto era que para recaudar fondos la idea no estaba nada mal. Saludó al hermano pequeño de Lena alzando la mano y enarbolando una enorme sonrisa, y se acercó también al puesto, situándose frente a su amiga pelirroja. - Voy a dejarme mis capuccinos de esta semana en un beso tuyo, así que ya sabes... - dijo, dándose dos toquecitos con el índice en la mejilla, antes de depositar cuatro libras sobre la mesa. - Y a tí te digo lo mismo! - exclamó, en dirección a Kendall. Pretendía recibir un beso doble, uno en cada mejilla.

Que por qué hacía aquello? Por contribuír a la causa, por supuesto. No sabía cómo se le había podido haber pasado por alto todo lo de aquel puesto si Aeryn no había parado de hablar de ello. Que si vamos a recaudar mucho, que si el viaje a la playa será genial... ¿Le apetecía de veras un viaje a la playa? No lo sabía, de momento sus ánimos estaban un tanto alicaídos. Aunque tal vez es era justo lo que necesitaba. Ignoró por completo toda la gresca que se había formado en torno a Jude y Bonnie, la bofetada que la morena le había propinado había bastado para mantener al margen a la italiana durante un buen tiempo.

Mientras su era el turno de su amiga, no quise mirar todo el show, todavía me sentía incomoda, pero más que eso estaba enfada conmigo misma, no podía seguir poniéndome como un tomate siempre, menos si la situación estaba dentro del rango de "normalidad" del asunto. Comencé a patear unas piedresillas en los segundos en que duro el beso de mi amiga, no quería mirar arriba pues no quería que mi enojo se malinterpretara. Entonces algo llamo mi atención, algo estaba aconteciendo no mucho más allá, el ambiente estaba tenso entre el joven Nadmean y la líder Rebeal eso se podía sentir por el lugar, debe haber estado muy molesta, porque hizo una salida dramática, gritándole y bajando los pantalones de aquel chico delante de todos los presentes, por su puesto estaba todo el mundo mirando.

Me quede un momento pensando en la situación, a aquella muchacha le daba exactamente lo mismo lo que dijeran de si, se notaba, si no no hubiese hecho eso. Una idea cruzo por mi mente si no me equivocaba se lamaba terapia de impacto o choque, por lo que, o se me quitaba la vergüenza por absolutamente todo, o me iría a meter abajo de una piedra y no saldría mas de allí en el próximo siglo. Así que en vez de seguir a Ale que ya había comenzado a maninar, saque el móvil y puse la canción de Aerosmith - Crazy. No me interesaba que todo el mundo la escuche, si no que solo yo, bailar era algo que se me daba bien. Cerré los ojos y comencé a moverme lentamente al ritmo de la canción, ya había comenzado el show, ya no había marcha atrás. Movimientos sensuales con un leve toque de brusquedad al movimiento, de a poco comencé a desabrochar mi blusa y la deje a un lado siguiendo con el baile, todo le tiempo con los ojos cerrados, pero claro el asunto no terminaba así, lentamente comencé a quitarme el sostén teniendo en cuidado de tapar mis pechos con uno de mis brazos para que no se viera TANTO. Con los ojos aun cerrados, no quería ver gente mirándome con distintos tipos de expresiones en sus rostros. Para mi había pasado mucho tiempo, pero apenas y había alcanzado el minuto, me di cuenta por la parte en que iba la canción. Al dar un paso al lado para terminar con el show pise mal y perdí en equilibrio, cayendo y aplastando al único chico del puesto de besos, GENIAL, bufé mentalmente por mi mala suerte. No saque el brazo que protegía mis bubies hasta el momento que me tuve que poner las palmas de las manos en el suelo para no romperme la cara, trate de pararme rápidamente pero torpemente volví a caer, esta ves mis pechos quedaron encima de la cara del chico, por suerte aun no me ponía fucsia por la vergüenza, todo esto paso muy rápido pero para mi se hizo eterno, no era divertido refregarle los senos en la cara a un chico que ni conocía. Logre pararme bien, digna, derecha y cubriendo nuevamente la parte superior con un brazo, la idea era no mostrar tanto, aun que un chico ya vio y sintió suficiente. Por suerte Alessia ya estaba a mi lado y me paso mi ropa, que me coloque en un santiamen. Para luego comenzar a caminar para salir de allí, cierto es que ni le pedí disculpas al muchacho, nada más no quería volver a verle la cara porque allí si que se me acababa todo lo que me quedaba de dignidad...

—Fuiste tu la que vino buscarme— dijo con los dientes apretados, siguiéndola con la mirada mientras ella se ponía de pie y se disponía a alejarse. A diferencia de muchas otras veces no se paró, ni intentó detenerla, deseaba ver a la morena desaparecer entre la gente y no toparse con ella hasta olvidar lo ocurrido. Emma, sin embargo, no le dejó respirar tranquilo, se plantó delante de ellos con una propuesta que Jude no tenía intenciones de aceptar. —Estoy fuera de servicio— contestó a su amiga y se encogió de hombros. Bonnie se había encargado de eso, y en ésta ocasión iba a seguirlo al pie de la letra. De todas formas Emma puso un par de billetes sobre la mesa, a lo que él se limitó a negar rotundamente. Besar a esa Bonnie, sería exactamente lo mismo que intentar meterle la lengua en la boca al mismísimo Satanás.

La búlgara ya se había alejado, no sin antes hacer de las suyas, bajándole a Evan los pantalones. Entonces se puso de pie, y se acercó a Emma, y sobre el mismo escritorio devolvió los billetes, empujándolos con los dedos. —No voy a besarla, Emma. Lo siento— se disculpó y con un saltó salió de dentro del puesto, notándose que aún estaba enfadado. —Me largo. Si no tienes nada que hacer te invito una cerveza— le ofreció, a penas tenía unas pocas libras en el bolsillo que se suponía eran para comer durante lo que quedaba del mes, pero no le importaba, necesitaba despejar la cabeza. Le hizo una seña a Kendall con la mano, indicando su partida y dio una leve y cariñosa palmada por el hombro de Chiara al pasar. De haber estado de mejor humor posiblemente se habría detenido a hablarle.

Despedí a Steve con un guiño del ojo y volví a sentarme observando a los presentes. Aquello se había llenado en cuestión de minutos. Sin duda, aquel puesto de besos había captado la atención de muchos estudiantes. Era curioso como el hecho de poder escoger a quién besar atraía tanto. Todos parecían ocupados, aunque el que tenía una cola de las largas era el único chico que se encontraba bajo la mesa. Un momento…¿quién era ese?¿No se suponía que en esa silla tenía que estar Jude? La verdad es que no le importaba en absoluto por lo que se encogió de hombros y cogió la cerveza para darle otro trago. La voz conocida de un chico hizo que alzara la mirada encontrándose con Liam, el chico que había conocido semanas atrás junto a Freya en una discoteca. No pudo evitar reír al ver cómo las miraba y señalaba sus mejillas. Cogió una de las mejillas de Liam con sus manos y depositó un beso sonoro en la otra para después revolverle el pelo-Ha sido un placer, chico misterioso-dijo sonriente antes de que la voz de su mejor amiga hiciera que se centrara en ella. Sus ojos se abrieron más de lo normal al verla de pie, sin aquella maldita silla de ruedas. Impulsada por la alegría que experimentó, saltó la mesa y cogió como pudo a su Chiwaki por los aires dando una vuelta con ella en brazos. Aunque por poco acaban en el suelo.-¿Desde cuándo estás sin silla?¿Ya no te duele la planta de los pies?¿Cómo te encuentras?-una vez más la boca de la pelirroja soltaba demasiadas palabras por segundo.

Al separarse del beso mordió su propio labio inferior, era una de esas pequeñas manías o rituales que solía hacer sin darse demasiada cuenta. Tal y como estaban las hormonas en Nightove, nadie debía extrañarse ya a esas alturas de que se revolucionara del todo el campus con el puesto de besos de Nadmean. Ella por su parte no pudo evitar reírse ante el órdago del chico tras dejar un beso en su pómulo. — Genial, cuando veas un loca con un mojito y más pálida que la arena de la playa, acércate. — le invitó aún divertida, esas actitudes directas eran algo que siempre le había gustado. Al final se acabó despidiendo con el mismo gesto suave de la mano mientras volvía a ponerse con los brazos en jarra sobre sus caderas, a vociferar que allí o se pagaba por beso o se iba despejando el puesto que habían montado.
El ver aparecer Liam, el camarero que conoció la misma noche que se hizo amiga de Aeryn, sonrió con sinceridad. Dándole un beso en la mejilla, aunque había algo en ese chico que le inspiraba a darte todos los besos en las mejillas que quisiera sin precio algo. Después, en otra de sus manías le revolvió el pelo. No quería ser demasiado cotillea, peor era inevitable echar un vistazo a todo el asunto de Bonnie y Jude.

Ladeó la cabeza mirando al pequeño Gallagher y se encogió de hombros de inmediato. — Para tu suerte no soy de esas personas que juzgan, ya tenemos mucha novela por hoy. — sonrió con ese aire angelical, repartiendo las libras entre ella y Areyn, para inclinarse de nuevo sobre la mesa buscando sellar el trato con el chico que tenían delante.
Cruzó los brazos sobre su pecho cuando de repente el líder de los Besten estaba en calzoncillos por obra y gracia de Bonnie. — Bonita ropa interior, Struebel. — sin embargo el buen humor le duró poco, se sintió incómoda al ver las muestras de cariño entre Chiara y Aeryn, ¿debía ella también apearse del burro y demostrar que la italiana le seguía importando tanto como siempre?

Los labios de la Swaney se apartaron de los míos y lazó un cumplido a modo de broma. — El placer es todo mío — respondí haciendo una pequeña reverencia, dando un par de pasos hacia atrás para retomar mi puesto del otro lado de la mesa de besos, pero al voltearme para dirigirme a dicho lugar me topé de frente con un cuerpo femenino el cual hizo que perdiese el equilibrio cayendo de espaldas contra el suelo y no conforme con ello su figura descendió encima de la mía, no una sino dos veces impactando sus pechos contra mi rostro. ¿Era algún tipo de regalo del cielo? Porque mierda, si era así entonces tenía la intención de hacer caridad con esto de los besos más seguidos para que siguiesen lloviendo tetas sobre mi cara. La tercera vez fue la vencida y la joven a quien había besado minutos atrás se reincorporó y no tardé en quitarme la chaqueta de cuerpo para cubrirla. Los ojos se habían posado sobre la rubia, quien ahora se escabullía junto a su amiga entre la multitud, mucha más gente había comenzado a acudir ahora que se corría la voz y el público parecía triplicarse con el pequeño show que había tomado lugar instantes atrás.

Corrí hacia donde se encontraba Kendall, mi cerebro había hecho sinapsis de la manera más errónea posible y tenía en mente un pequeño plan para aprovechar al gentío que seguía acercándose con gran curiosidad. Tomé mi iPhone y lo conecté a los gigantes altavoces del puesto Nadmean y seleccioné en éste la canción "Boogie Man" de AC/DC. — Play along darling — susurré a su oído mientras la agarraba de la mano y la arrastraba hasta una de las mesas, forzando a que se subiese a ella conmigo. Un electrizante riff de guitarra comenzó a sonar y al ritmo de tan sexual tonada comencé a bailar de la manera más sensual junto a la morocha. Ya me había despojado de la chaqueta y ahora mis brazos habían quedado al descubierto, revelando el millar de dibujos en tinta que tenía. Mis manos recorrieron la cintura de la Nadmean, tomándola por las caderas para que imitara mi contoneo lentamente, busqué sus manos con las mías y las posé sobre el extremo de mi camiseta acompañado de una leve seña con mi cabeza, haciendo que ésta tirase de ella dejando mi torso al descubierto, adornado con más tatuajes todavía. Pegué mi cuerpo al de Kendall aún bailando para ella y la multitud que contemplaba atenta el acto descarado que estábamos llevando acabo, la punta de mis dedos dibujó su espalda por encima de la camisa holgada de color blanco que traía hasta tomarla de los extremos y subirla dejando que se la llevase el viento, develando su piel blanca adornada de su sostén. La música llevaba a su momento culmine, yo por mi parte seguía bailándole a Kendall quien ahora era el punto de interés de más de la mitad de Nightove. Finalmente arremetí contra su boca con un apasionado beso, esperando que la paliza que me fuese a dar después de todo no acabara con mi funeral.

Dejó que Aeryn la elevara por los aires, aunque no pudo evitar soltar un grito cuando vio que comenzaba a darle vueltas por el aire. Por poco terminan en el suelo, ya que la pelirroja tenía tan poca fuerza como ella misma. Cuando la dejó, se miró los pies, como si no cayera en la cuenta de lo que decía. - ¡Ah, la silla! ¡Se me olvidó decírtelo! - se dio con la palma de la mano en la frente, sonriendo ante su estupidez. - Hace dos días fui al médico oootra vez, y me dijo que ya estaban casi curados. - y menos mal, porque había pasado un mes entero sin poder apoyar los pies mientras su piel quemada se regeneraba. Le habían quedado unas feas cicatrices, como si la piel estuviera arrugada y desgastada, pero al menos podía apoyar los pies sin ningún dolor. - Tengo que seguir yendo a que me echen potingues, y esas cosas...

Se dio cuenta de que se estaba enrollando demasiado y se acercó hasta la mesa. - Eh, pero yo he dejado aquí mis libras, y quiero mis besos! - por el rabillo del ojo distinguió a Frey, ocupada con uno de los "clientes", concretamente con Steven. Decidió que ya había pasado demasiado tiempo sin ella, y que en cuanto obtuviera los besos de Aeryn y Kendall, correría a su encuentro. Debían recuperar el tiempo perdido.

Observó cómo su amiga se marchaba, dedicándole un ademan de despedida el cual se interrumpió por Jack. Los azules se posaron en aquel personaje que últimamente ya no comprendía en lo más mínimo, por lo que permaneció callada hasta el instante en que se vio lejos del puesto. Hace rato que Jack había pasado a un punto en el que ella no podía llegar a entenderle siquiera un poco. Su mano derecha llegó hasta su frente con cierto fastidio, se estaba cansando, aunque por suerte se acercaba la hora de retirar el puesto. Suspiró alzando nuevamente la vista para encontrarse con Bonnie encolerizada de una manera nada normal. La puta madre. Pensó la Nadmean al escucharla y rápidamente volteó en dirección a Jude para asegurarse de que estuviese intacto. Se alivió al verle aunque ya era obvio lo que sucedía. Su cabeza se lanzó hacia atrás, ya estaba cansada y cuando esta regresó para que ella pudiese mirar al frente se encontró con la escena más estúpidamente extraña. En definitiva su prima era de tratar. Sin embargo, a Evan parecía no importarle, incluso bromeaba con Steven y todo eso. Lo siguiente que escuchó la desconcertó un poco pues se había perdido los diálogos anteriores entre él y la Hammerschmidt naranja. ¿Hacerle caso a qué? Y lo que vino después fue inesperado pero en definitiva no dudó un segundo en responder a aquel beso, llevando una de sus manos hasta la camisa de Evan para acercarlo más casi al mismo tiempo que él la tomaba por la nuca. Los ojos azulados se posaron en los del líder Besten cuando el beso terminó y sonrió de medio lado. — Hecho. — Respondió riendo brevemente hasta que sus ojos captaron la seña que Jude le hacía. Tremendo circo que se había montado gracias a la no tan inocente idea del puesto de besos.

Buscó su celular en su bolso y vio la hora. Bueno, Jude no se había ido tan temprano, soportó demasiado. Y estaba cercana la hora de cerrar el puesto por lo que iba a comenzar con aquello antes de verse interrumpida por el sublíder naranja. Cuando la canción de AC/DC llegó a sus oídos se dio cuenta que en definitiva se hallaba en problemas. Fue arrastrada cual muñeca de trapo y siquiera se enteró cuando llegó a estar encima de una de las mesas. Abrió la boca para exclamar algo pero antes de poder hacerlo ya se encontraba en medio de un espectáculo que al Rebeal le costaría su descendencia. ¿Cuál era su punto? Sonrió de medio lado y siguió el ritmo que llevaba Simon. Poco le importó quitarle la camisa, e intentó ignorar el que él le quitara la suya. Continuó bailando hasta que un beso culminó con el show. Kendall, rozando el mismo nivel de cólera con el que se había largado su prima hacía rato, llevó sus manos hasta la nuca del chico, acercándolo a ella y cuando se halló segura, le propinó tal rodillazo en las bolas que seguro dejaría al chico en cama por un buen rato. Estaba segura que él tenía más que claro a qué se enfrentaba metiendo a la morocha en una situación así. Se abstuvo de comentarios y simplemente bajó de la mesa recuperando su camisa la cual se puso en el camino de regreso a su puesto.

Chicooooooooooos. Lamentablemente el post debe concluir aquí, por lo que pedimos disculpas a aquellos que no terminaron y esperemos den por hecho que sí lo hicieron (?) ¡Muchísimas gracias por su participación, los esperamos en el campamento!