It's Halloween, bitches | Evento Global

Recuerdo del primer mensaje :

El acostumbrado estado deplorable de la fraternidad presentaba el ambiente perfecto para llevar a cabo la fiesta, pues lucía como el clásico edificio abandonado, casi en ruinas, que aparecía hasta en las más famosas películas de terror, que además terminaba siendo aúnmás tenebroso gracias a uno que otro rebeal disfrazado que andaban de un lado hacía otro termiando con los últimos detalles antes de comenzar. Aunque no era algo que tuviera planeado hacer, aquella fiesta no le venía mal después de todo. El ingenio Rebeal le permitía por mucho hacer de las suyas en aquella ocasión y era más que obvio que aprovecharía esa oportunidad hasta que no quedara nadie en pie. Estaba de más decir que su presa principal sería Chiara, quien muy seguramente estaría preparada para cualquier dificultad que el líder naranja le pusiese.

Una vez todo terminado, comenzó a andar de aquí a allá, buscando entre la gente alguna chica merecedora de uno de sus dulces del beso, o bien, alguien de la que estuviera segura le rechazaría para dejarle a algún otro invitado una chica ya entrada en el tipo de droga que huviese consumido. Algunos bien podrían ver aquella fiesta como una simple celebración de Halloween, mientras que otros, justo como Logan, como un juego de estrategia para conseguir lo que querían, para provocar más problemas de los que usualmente podían.

REGLAS:

Ahí estaba su primera víctima. Rebecca Gallagher. A pesar de su pequeño incidente en Gold Coast, la relación entre ellos había quedado intacta, continuaban peleándose cada que se veían, la razón no importaba en realidad, todo se reducía al mero placer de joder a la líder de las Bithaen. Sin embargo, estaba la posibilidad de meterse en un enorme problema con su gemelo, quien muy seguramente asistiría y rondaría cerca de la rubia, probablemente sin acercársele tras haber sido rechazado por Lena. De ahí únicamente tenía dos opciones. Meterse en un problema con su gemelo o perder la oportunidad de divertirse a su manera. Y ya comenzaba a decidirse a empezar la caza de  Gallagher, cuando fue interrumpido por Sam, con una petición de beso que sin duda le perturbó. No supo decir si fue por la manera en la que lo pidió o por el hecho de ser ella, a fin de cuentas a penas y se comenzaban a llevar “bien”. Vaciló un momento entre besarla o no, para finalmente decidirse. “Todo es estrategia, Logan” Repitió para sí, mientras le dedicaba una amplia sonrisa a la pelirroja.  – Los que quieras, Sam. – Tomó el caramelo que le ofreció la rebeal y se inclinó para besarla. Algo rápido y que no diera pie a que la chica se emocionara, después de todo, seguía teniendo un objetivo aquella noche.
 
Tras haberse separado de Samantha, fue directo a donde se encontraba Rebecca junto a Sid, quien evidentemente había fallado en la tarea de drogar a Chiara. Afortunadamente fue capaz de llegar justo antes de que la acción dentro del disfraz del austriaco terminara, para extender su brazo con la cámara del celular activada y tomar una discreta foto que guardaría para la posteridad y en secreto al mundo. Aún en movimiento ocultó el teléfono en el bolsillo, pasó a donde Lena para pesarle sin siquiera pedirle permiso. A ella sí que la besó como era debido, sin apuros y con todo el tiempo del mundo. Una vez concluido el beso, se apartó de ella y puso en sus manos un dulce del beso. – Luces muy bien. – Le revolvió el cabello con cierto aire fraternal al tiempo que volvía a retirarse de donde estaba para buscar a su segunda víctima, no sin antes ir de paso por más cerveza.

Llegaba tarde...posiblemente.Le importaba...pues no. Si por algo eran conocidos los naranja huevo era por sus fiestas nocturnas que duraban hasta que los invitados quedaban rendidos en el suelo. En un primer momento había pensado acudir a la fraternidad Rebeal desde el inicio de la noche pero los carteles que había visto por el campus anunciando otra fiesta organizada por Lyssander no había podido resistirse a pasarse por allí.Y la verdad es que no había estado nada mal; de hecho, su compañero de banda le había prestado el disfraz de bruja que llevaba puesto al ver el disfraz improvisado con el que la pelirroja se había presentado.

La gente iba y venía con cervezas y porros en la mano. La pelirroja sostenía los tres dulces de beso y tres de salvación que le habían entregado en la entrada y hacía esfuerzos por no zampárselos en ese mismo momento. Cogió una de las botellas que había en una mesa y caminó en busca de la italiana mientras golpeaba a más de uno con la escoba.

El escoses siguió con la búsqueda hasta que la voz de la fémina lo saco de sus planes. Le extrañaba que la chica siguiese a su lado, y no se impusiera algún reto de besar a alguien, lo cual dudaba, ¿no estaba comprometida?. Entre cerro sus ojos ante la burla de la Rebeal y con la misma gracia le contesto. –Es exactamente lo que busco, que me rechacen. Después de todo sé que valdrá la pena – La malicia paseo por las facciones del castaño, que admiraba los dulces en su palma, justo los que útilmente poseían una especie de droga. ¿Cuál sería la droga que contenían?, eso era un misterio para él. Sin embargo, toda droga acababa en la locura, y para Evander era suficiente.

Cerro la palma de su mano con los dulces, escondiendo está en su bolsillo. A veces pensaba que la mente de Madelleine con la suya estaban conectados, porque él estaba a un paso de acercarse a ella y mencionarle que también tenía la duda de si ofrecerle un pequeño obsequio hacia la locura. –Si los riesgos son lo tuyo Höhgner, pues adelante – Entre un beso de parte de la chica, o un viaje hacia otra orbita, estaba en un dilema. Ambas opciones tenían un encanto y eran agradables para el escoses. Quito su vista fija encima de su compañía, y sonrió al ver a sus compañeras de habitación acercase hacia ellos. Xenia seguida de Samantha. Tomo el trago que una de ellas le sirvió, y no se opuso a ese brindis. –Por una noche terrorífica, y placentera para otros – Exclamo mirando a algunos besuquearse sin sutileza, demostrando por poco que luego de besarse irían a algún motel o eso imagino la mente perturbada de Evander. Bebió de un solo golpe su trago, tal parecía que pretendía ahogar sus penas con la soledad al ver a los otros con tanta acción, pero no era así, el solo estaba sediento. –¿Y tú Xenia?, ¿esperaras a que vengan a ofrecerte un beso o irás en busca de suerte como Samantha? – Consulto, no olvidando que Madelleine seguía muy pendiente en sus pensamientos. De repente creyó que sería más lógico que el comenzara con las dos ofertas ya mencionadas, pero ella se había adelantado con sus objetivos, y no quería ser poco amable.

La cosa comenzaba a desmadrarse, como era típico en cualquier fiesta organizada por la fraternidad de los naranjas. La noche empezaba de forma espectacular, regalándoles a los presentes una escena similiar a la de Chiara metiéndose en una ducha a hacer maldades con Sid. La francesa odiaba al joven por haber comprado ese disfraz, ya que le había impedido ver ese momento con sus propios ojos, se tenía que conformar con la imaginación, y con lo que contaría después Chiara. Durante el transcurso de eso, Gabriel se aproximó hasta ellas. Cora le sonrió aunque transformó su sonrisa en una mueca cuando el joven bromeó acerca de ella por su disfraz. –Já, já. Muy gracioso. Bueno, yo no repartiré calabazas, precisamente, reparto besos.– Insinuó, mirándole y luego volvió a sonreí ampliamente.- O quizá sí, quien sabe. Depende del chico.- Como si fuese a darle calabazas a él si el chico se atreviese a darle un dulce de beso. La escena se vio interrumpida por Chiara saliendo de la ducha remugando, y por Logan apareciendo de pronto y comiéndole la boca a Lena. –Me cago en la...– Cora miró a Chiara con los ojos abiertos como platos y comenzó a carcajearse, de las dos, en realidad.

Así que ya todas sus amigas estaban recibiendo sus besos, y ella todavía estaba ahí parada de brazos cruzados bebiendo Heineken. Podía besar a Gabriel, lo cual era una opción bastante atractiva, pero se negaba a ello. Justo en ese momento un gran Mickey Mouse apareció por la puerta, iluminando la sonrisa de Cora, que vio en él su primera víctima: Evan. La rubia miró a Lena, quien sabía que luego la miraría con ojos de furia y torció el labio. –Chicas, Gabriel. Ha llegado mi hora de comenzar el juego. Vuelvo en... Unos minutos.– Y antes de esperar una respuesta, ya estaba frente a Evan, quien acababa de acercarse a Kendall. Saludó a los presentes, entre ellos el insufrible de Kyle, y la nadmean. –Un disfraz muy sexy, Streubel. Reconozco que... Me ha seducido.– Bromeó. Era de todo menos sexy, pero al menos era gracioso. La muchacha sacó de su calabaza un dulce de beso, que dejó sobre la mano del muchacho, con una sonrisa, y esperó su aceptación, o por el contrario, su negativa.

De un momento a otro se vio encerrada en la cortina -lo cual medio agradeció, pues evitaba miraditas-, y las constantes bromas de Sid, más que avergonzarla, le arrancaron una pequeña carcajada. El tio siempre quitándole la seriedad a todo. Aunque aquello, siendo entre ellos dos, de serio tenía más bien poco. Le "castigó" arreándole un puñetazo en el brazo tatuado antes de finalmente corresponder el beso. - Ehhh, oye, un respeto, no estoy tan desentrenada como crees. Y ahora tendré que irme a hacerme unos análisis o algo, no? - agarró una cerveza justo a tiempo para ver cómo Logan aparecía en escena y besaba a Lena. Una especie de mueca apareció en su rostro, aunque se asemejaba a una sonrisa. Al final, parecía que había logrado su objetivo: no ser besada por el líder Rebeal. Se limitó a apartarse y fulminar un tanto a Coralie con la mirada. -¡No te rías tanto, bonita! ya te veré a ti cuando te toque... - reparó entonces en la presencia de Gabriel - ¡Gabs! ¿Al final te animaste a venir... donde Cors? - pronunció las últimas palabras con retintín, guiñandole un ojo.

Dio un sorbo a la cerveza, y de pronto Cors se alejó para acercarse a Evan. La italiana rompió a reir sin remedio, no quería perderse el espectáculo, menos con el ex-Besten vestido de esa guisa. Se acomodó, justo a tiempo de ver pasar una cabellera pelirroja inconfundible para ella. - ¡AERYN, PELIRED, BRUJA PIRUJA! - gritó, tratando de llamar la atención de la chica para que se acercara a ella. - ¡Ven acá corriendo, no te lo puedes perder! - quería presenciar junto a su amiga cómo Cors besaba a Streubel, y de paso, si la chica había traído su cámara, o el móvil, que sacara alguna foto.

Era bastante obvio que el disfraz del Rebeal no buscaba en lo absoluto parecer de un miembro de la iglesia, sin embargo tampoco es que se diferenciaba demasiado a los ojos de Kendall, quien lo último que haría sería asociarlo con una película, o Johnny Depp. Si hubiese tenido la experiencia necesaria para actuar cual prostituta y seguirle en serio el juego al británico, lo hubiese hecho, mas sin embargo le debía esa broma, puesto que con el trajecito ya se estaba esforzando demasiado. — No lo sé, depende de quién se trate. — Esbozó una pequeña mueca como si se cuestionara algo que en realidad no hacía. — Quizá aquella motocicleta blanca que re-armaste baste para mi. — Porque de hecho sí la quería, a pesar de que no iba en serio, varias veces le había dicho que era genial, y le había quedado excelente luego del trabajo que le dedicó.

De un instante a otro tenía en frente al que lejos se llevaba el disfraz de la noche. Se esforzó para no reír, se contuvo tanto como le fue posible, pero luego de unos instantes se carcajeó en su cara. — Ay, Evan. Deja de hacerla enojar, la próxima vez te enviará de Barney. — Lo cual seguramente sería mil veces mejor, puesto que por lo menos podría cubrirse la cara. — Lo peor es que este hombre me ha acusado de venir como prostituta. –— Se refirió a Kyle. — Pero ello haría mi disfraz más conocido que el tuyo, ¿no lo crees? — Sonrió, recordando después que según ella, ese par no se conocía. — Evan, él es Kyle, un viejo amigo de las carreras. Kyle, Evan, antes Besten, ahora profesor amargado de no sé qué. — Los introdujo antes de ser vilmente interrumpidos por una más entre el mundo de las moradas oxigenadas. — Ugh, tremendos modales, rubia. — Tomó uno de sus dulces y se interpuso entre la Bithaen y Mickey. — Co...n permiso, como sea que te llames. — Le sonrió fingidamente y tomó a su mejor amigo por el cuello de la camisa, besándole con todas las de la ley sin siquiera pedirle permiso, mientras su mano depositaba el dulce en uno de los bolsillos ajenos. Luego de unos momentos se retiro, volviendo a sonreír para quien los había interrumpido antes y regresando con Kyle. — Entonces, ¿me das la moto? — Insistió a sabiendas de que no pasaría.

Dulce beso con Evan A. Streubel

― ¿Baste? ― alzó ambas cejas contrariado con su decisión. ― No lo vales. ― respondió tajante y sin escrúpulos. Así era él. Y pese a que las palabras eran muy directas y crudas, nadie podía saber si estaba mintiendo o de verdad lo pensaba. A todas luces, era lo segundo. De todas formas, Kyle jamás pagaría a una mujer con una de sus motocicletas, menos por tener sexo. El día que tuviera que empezar a pagar por él, se preocuparía seriamente sobre su vida y cómo había llegado a esos extremos.

Todo lo demás pasó absurdamente rápido. No sabía cómo, ni porqué, de repente su nombre resonó junto con el de otro muchacho en boca de Kendall. Fuera como fuese, hizo un gesto con la cabeza para dejar claro que había oído el nombre. Evan. No conocía de nada al muchacho o el profesor, por lo que había comentado la marsellesa, y como con todo en esa vida no le dio más relevancia de la que tenía. Acto seguido la perturbada del aparcamiento hizo acto de presencia para besar al amigo de Hammerschmidt, pero luego la propia morocha comió la boca del profesor. En fin. Dejó de prestar atención en cuanto todo se volvió demasiado bizarro para su gusto; chicas peleándose por la atención del tal Evan, vestido de Micky Mouse. ― No. ― respondió a su pregunta con claridad. ― Sigue intentándolo con el profesor Mouse. ― agregó con una parodia de sonrisa serpentina. No duró mucho, claro.

El cierto modo tenía razón. Aquel disfraz no era lo más sexy precisamente, pero se veía gracioso. ―Ya sabes que soy un poco infantil. Soy más de Disney que de otra cosa...― Bromeó. Pero sí, la percha era lo sexy en realidad, pues era Evan, y dios sabe que a Cora siempre le ha parecido demasiado atractivo, y que se ha cansado de escuchar a Lena mil y una veces diciéndole que su mejor amigo no. La odiaba. Pero aquella era su oportunidad, pues era una fiesta de besos y ella podía besar a quien le daba la gana, y por eso estaba ahí parada frente a Evan. Parecía que el momento se acercaba, cuando la mirada del chico bajó hacia el caramelo que Cora le ofrecía, pero de pronto, la cosa se vio interrumpida por un repentino brote de la nadmean que se metía de por medio y le comía la boca al recién profesor. La verdad es que la francesa no esperaba aquello, sus ojos se abrieron de forma desorbitada, y apretó los labios ahogando en ellos una pequeña risa. Hubiera preferido que esa situación no se diera delante de Kyle, pues no quería darle motivos al chico para que pudiera burlarse de ella en un momento u otro; aunque al chico no parecía hacerle mella nada de lo que estaba ocurriendo, de hecho apartó la mirada de la escena. "Como te llames", la había llamado. Aunque sabía perfectamente como se llamaba, compartían amigos, claro. Kendall finalmente dejó aire a Evan, alejándose no sin antes lanzarle una mirada triunfal a la rubia, que pasó por alto. Evan volvió junto a ella, y la tomó de la mano alejándola del sitio, para encontrar algo más de intimidad, lejos de la loca nadmean. ―Vaya, eso sí que no me lo esperaba...― Dijo refiriéndose al hecho en sí. Rió un poco y asintió, ella había ido a por su beso, y se iría con su beso, no le importaba que antes Kendall lo hubiera besado, pues en eso consistía la fiesta. Seguramente no sería las únicas babas de mujer que se comería aquella noche. ―Ningún miedo, así que...― La joven dipositó el caramelo en la mano de Evan y sonrió. Puso una de sus manos sobre su nuca para acercar su rostro hasta el suyo y poder unir sus labios a los de él, dándole el beso a por el que había ido desde el principio, dejando que ambas bocas jugaran entre ellas, sin importarle en realidad quien les viera en el momento.

Chiara saliendo de la ducha de Sid, era toda una imágen, sólo faltaba que también salierá mojada, que en cierto modo seguro que lo estaba, pero eso ahora mismo no le importaba, lo que no entendía es como habían acabado en aquello y a juzgar en las caras de los presentes nadie lo hacía, menos Cora que se reía como si fuera cómplice de todo aquello. Escuchó su burla, pero a pesar de sus intentos por pícarla parecía que su cabeza estaba en otro sitio. Fue por eso que negó con la cabeza a Chiara cuando le insinuó que tenía demasiados sulces sin gastar, sabía que Cora no estaba allí por él, al contrario del motivo de Gab, si que había venido para verla, pues eso era lo único que iba a hacer, aunque cabía la posibilidad de que ni si quiera pasará eso, pues la rubia huyó despaborida con demasiada prisa. Sus ojos siguierón su recorrido, hasta que llego a su destino, Mickey Mouse. Se mordió el labio inferior y se dirigió a Chiara, que aún estaba a su lado. -¿Ese es Evan? - le dijo acercándose a ella para que le escuchara mejor y obtener una respuesta a tan asustadiza pregunta. Bastarón unos segundos para que Gabriel pudierá leer de los labios de Chiara una afirmación. 

Enfurecido como una bestía, sin darles tiempo a ninguno de que preguntarán sobre que conocía al tipo que estaba besando Cora, y que había ganado otro beso por el camino. A pesar de que la fiesta era un éxito rotundo y había bastante gente, no tuvo dificil el llegar hasta donde estaban los dos y menos para verles en primera persona. Parecía que la musica se hubiera parado y sonarán los latidos de su corazón, junto con su respiración cada vez más y más revolucionada.Estaba a un paso de ellos, y todavía no sabia exactamente que hacer. No quería montar ninguna escena, pero tampoco quería ver como manoseaba a Cora. Un impulso pudo con su intentó de comportarse que se tradujo en un empujón al tío que se disfrazó de Mickey Mouse, para algunos era "Evan", para él un autentico cabrón. -Eh, eh. Tú ¿que haces aquí? - le preguntó sin saber que pintaba en esa fiesta, ni en esa hermandad. Hasta donde le había contado su hermana era un profesor. -¿No te acuerdas de mí? -le pregunto en un tono agresivo mientras daba unos golpes en su pecho. La irá se estaba apoderando de Gabriel, aquello no podía acabar bien, ni si quiera se acordaba de que Cora estaba a un par de centímetros suyos. -¿de mi hermana te acuerdas, eh? - encendido como una bestia, los golpes comenzaban a ser más fuertes al igual que sus chillidos, que comenzaban a causar pánico. No escuchaba nada más, solo quería acabar con él, como cuando apuntaba y disparaba un par de meses atrás en ls campos de concentración. ¿ Acaso penabas que no nos volveriamos a ver? Me alegró decirte que llevo buscandote en todos los rincones de esta maldita ciudad, pero no esperaba verte aquí - de nuevo el provocador de Gabriel, le empujó esta vez con más furza y levantándo el brazo con la intención de pegarle, pero algo se lo impidió

Robyn se encontraba disfrutando de la fiesta, distraída en mantener conversaciones con unos y con otros. Con conocidos, desconocidos y amigos. Hasta que de pronto, algo logró llamar su atención lo suficiente como para acercarse a un grupo de personas que, al principio, no reconoció, pero que conforme fue caminando, sus rostros comenzaron a adquirir nombres. Cora, Lena, Gabriel, Evan —al que únicamente conocía porque le habían hablado de él— y unos cuantos más, que se agolpaban expectantes de... espera, ¿por qué estaba Gabriel increpando a Evan? Ahí había pasado algo, y Robyn no tenía ni la más remota idea. Llegó justo para presenciar la intervención de Lena en todo aquello, y permaneciendo junto a ella, miró a un lado y a otro del grupito, repasando rostros, observando facciones y escrutando muecas.

Giró el cuello buscando a Cora, quien no había intervenido todavía, buscando algún tipo de explicación para todo aquello. —Hey, ¿qué ha pasado aquí? —poco a poco, la gente iba llegando hasta donde se encontraban, al pequeño corrillo, y eso era lo peor: porque parecía que en altercados como aquel, cuanta más expectación, más se calentaban las cosas.

Las palabras se iban repitiendo en su mente. Su brazado resultaba inmovilizado. La gente se agolpaba alrededor de ambos y ni si quiera había tenido el suficiente valor de pegarle antes. A pesar de que aquel tío rubio, le negará que hubiese pasado algo entre su hermana y él, Gab no estaba para pensar. Tenía cierto colpaso mental, las imágenes se repetían su hermana y Cora, así hasta razonar el porqué de aquella situación. Algo que le enfureció todavía más, afortunadamente alguien que conocía a Gabriel más incluso que él mismo aparecioóen algo asiícomo su rescate, Lottie. Sus gritos y gruñidos eran demasiado desafiantes para no retirarse del lugar. No sin antes escuchar como una rubia le intentaba amenazar, mantuvo la boca cerrada no porqué se lo dijerá ella, si no porqué Lottie la conocía - o al menos eso creyó cuando se intercambiaroó un par de palabras- y no quería causarle más problemas.  Fulminó con la mirada al chaval antes de arrastrar su propio cuerpo en el sentido opuesto de aquel tipo y siguió a su amiga. 

En el Camino divisó caras conocidas, una era la de Robyn que era la primera vez que la veía en la noche y lamentaba que lo vierá de esa guisa. La segunda fue la de Cora, aún más dolorosa que la primera, a pesar de su intención por pararse Lottie se encargó de que no se parará. Con cara de pocos amigos y sin ganas de seguir, consiguió que la castaña se parará por un momento y comenzó a recitar palabras no del todo agradables. -¿Que coño haces! Tendría que estar partiendole la cara a ese gilipollas mordió su labio inferior de nuevo, el que tras tanta rabia había resultado herido y estaba sanrando. Era algo leve, pero le molestaba, no quiso que su amiga lo vierá por lo que se lo limpio de forma brusca y rápida. -Puta mierda de fiesta - exclamoómientras golpeaba el suelo con sus zapatillas, la rabia aún estaba de su parte. - ¿Como se llama el tipo?¿Evan que más? Quiero saberlo todo de él Charlotte.- le exiguió  mientras la obsesión se apodera de Gabriel.