× Elections party || Trama Global

Recuerdo del primer mensaje :



La nobleza de los verdes, la dulzura de las rosas, la vanidad morada, el espíritu de los azules, la pasión de los naranjas y la certeza de los rojos. Cualidades y características de cada una de las fraternidades, hermandades legendarias que han sobrevivido a través de los años en la universidad, los últimos círculos que permanecen desde la fundación de Nightove. Todos con un lema, una identidad, un idealismo que les une y les mantiene en pie cada vez más fuertes. No existen dudas del porque han perpetuado en la historia de Nightove. Mas este legado no continuaría sino fuese por los líderes, cada uno elegido minuciosamente con el fin de asegurarse que mantendrán la integridad de la fraternidad y que personifican su espíritu y esencia. Es por esto, que la elección y nombramiento de los mismos se ha convertido más que en una tradición, una celebración, un ritual.

La fiesta más esperada de año, una tradición de Nightove, por fin, había llegado. Una ocasión única donde todas las fraternidades; Reaben, Swaney, Nadmean, Bithaen, Besten y Rebeal, se reunían por un solo motivo, despedir un reinado y darle la bienvenida al siguiente. El salón de eventos fue reservado para dicha fecha, no había gran decoración más que un par de pancartas alusivas a las fraternidades y la principal colgada a la entrada que anunciaba la entrega de llaves a los nuevos líderes de las fraternidades, las mesas habían sido distribuidas a los costados del salón dejando el espacio suficiente en el centro del mismo para situar la pista de baile, una pequeña tarima se dispone al lado de la mesa del DJ para anunciar a los nuevos cabecillas de la universidad. La iluminación es escasa, el lugar se torna visible ante las luces multicolores del DJ y un par de lámparas encendidas. Altas cantidades de alcohol, ponche y drogas pasadas por debajo de las mesas habían causado efecto en los estudiantes que acompañados por el estruendoso equipo de sonido habían disparado el ambiente fiestero entre ellos.

Faltan quince minutos para la media noche, pronto los líderes de fraternidad subirán a la tarima a dar un par de palabras de despedida y a anunciar a sus sucesores y entregarles las llaves de cada universidad como símbolo de liderazgo. La expectativa se genera y se torna densa en el ambiente, se les ve inquieto a un par de nominados, el resto permanecen tranquilos. El salón se mantiene cálido a pesar del frío cortante del exterior, La música golpea contra las paredes de manera estruendosa, la mayoría de los presentes se encuentran de pie, ya sea dándose lote contra las paredes, o chocándose al bailar apretujados en la pista. Cada quién hace de las suyas, las barreras se rompen por una noche, las reglas se disuelven, una noche para perderse, una noche para festejar hasta el amanecer. Pero te sorprenderás, aquí nada nunca es lo que aparenta.



× Todos son bienvenidos a la fiesta sin importar sin pertenecen o no a alguna fraternidad.
× El mínimo de líneas por post es 10 y el máximo 25, queremos hacer esta trama lo más ágil y dinámica posible.
× No hay orden de turno mientras que esperes dos o tres turnos después de tu post antes de volver a contestar para no monopolizar el tema.
× Por cuestiones de agilidad y estética, quedan prohibidas las tablillas de rol.
× Pedimos que únicamente en su primer post coloquen al comienzo, su nombre, el orden en que han posteado y su fraternidad, por ejemplo: “Joanne Marlow, #1, Bithaen.” Este sistema tiene como fin un sorteo que se hará para tomar participación en un suceso dentro de la trama.
× La logia intervendrá en algún momento de la trama, los afectados serán elegidos al azar -por el sistema mencionado anteriormente- por lo cual queremos recordarles que absolutamente todos aquellos que posteen corren el riesgo de ser atacados.
× Sin más roleen mucho y esperamos que se diviertan (:

Y si, sabía que había sido una buena idea pararse de esa mesa para ir a la barra, el encontrar a sus amigos allí le ayudaría a pasar un buen rato, lejos de toda orgía en la cual siempre quieren convertir cada fiesta últimamente. Su sonrisa era relajada y divertida, cuando de pronto se tensó luego de sentir que la tomaban por la cintura, giró para encarar a quien fuera que hubiese sido, que sólo esperaba y no fuera un osado desconocido porque su filosa lengua estaba ansiosa por entrar a jugar, sin embargo se relajó cuando se encontró con el rostro de Raina —Pues bienvenida al club querida, relájate y únete— le respondió sonriendo y pasándole la copa que había pedido Bonnie.

Rodó los ojos ante el aumento de la apuesta y la insinuación de perder sus zapatos, que ese era un mito comprobado, cada vez que se perdía en alcohol, los zapatos también se perdían junto a su sentido común —Y yo duplico la apuesta a que una naranja será mi compañera de compras después de esta fiesta, si algún zapato llega a desaparecer— dijo de forma inocente, levantando la copa y chocandola con la de Bonnie y regalandole una maldadosa sonrisa.

Tomó su shot de vodka para luego recordar la apuesta que había hecho aquella noche en el cementerio con Jude, así que puso sus manos a la obra y le dio un fuerte apretón al trasero de CJ, Liam, Bonnie y Raina —No se preocupen, aún el alcohol no me hace ni cosquillas, sólo estaba haciendo un test de calidad— dijo, para luego abalanzarse en un abrazo hacia su prima que acababa de llegar —¡hacerle caso a la señorita!— secundó luego de la orden bromista que había dado Olivia luego de llegar

Rio de manera estruendosa como era común en ella ante la aparente ebriedad de CJ, su risa no era como la mayoría de sus amigas, musicalizada, tenue, simpática y agradable. Era más parecido a la risotada que sueltas cuando un amigo eructó mientras jugaban World of Warcraft comiendo pizza, así bien ruidosa y desparpajada. Aceptó la botella que CJ le había ofrecido y tomó un trago empinándosela, su tía Valyria se habría ido de cabeza al ver adonde fueron a parar las costosas clases de etiqueta que tomó de niña. – Está colgado como antecedente histórica querida – le respondió a Olivia al ver que apareció entre la multitud y se colocó a su lado, le dio una mirada rápida a CJ – La triplico a que a CJ toca dejarlo vomitando en el auto de Emma - dijo apresurada ante las apuestas de Emma, ni de coña iba a ir de compras con ella, desperdiciaría horas de su vida viéndola medirse un millar de zapatos para que comprara los primeros que se midió.

-Que echas mierda, apenas llevas un shot – y ella tres, contaba con la suerte de haber desarrollado hígado de camionero. No era imbatible, pero sí considerablemente resistente al alcohol – Jolivia querida, a bailar – respondió a su comentario colocándose de pie con rapidez, mas algo le sujetó el trasero con rapidez, miró con rapidez a su agresor y vió a Emma con una sonrisa traviesa y negó soltando una risa – Te estás aprovechando de la ocasión – aclaró ella meneando las caderas al ritmo de Duck Sauce con Barbra Streisand. - ¿Qué esperan? Muevan sus traseros – aquello sonó más como una orden que un comentario, pero le dio igual, quería pasarla bien ganara o no el liderazgo de su fraternidad.

Quizás no debía estar allí, pero por más vueltas que le diera no veía por que no estar allí quisiera o no también era uno de ellos. Aquella noche en particular llevaba puesto unos simples jeans de color negro y una musculosa de color verde, estaba cansado de cubrirlos fueron hechos en su época de adolescencia y no quería seguir renegando de ellos, eran parte de su pasado su presente y su futuro al igual que Penny lo era ahora, tan real e inverosímil.

Se adentro en el lugar con pasos perezosos y el ceño fruncido cualquieras que apenas reconociera su rostro podría decir que Nathan tenía algún tipo de dolor que lo carcomía o olfateaba mierda en algún lugar; se acerco a la mesa donde se encontraban las bebidas dejando un suspiro salir por sus labios levemente entreabiertos, nego con la cabeza un par de veces, tomo diferentes copas de las distribuidas y olfateaba el contenido sin reparo alguno, sabía que aquél lugar no era un maldito monasterio y no quería quedar tirado en alguna zanja por haber consumido algún estupefaciente.
Que no quisiera tomarlo en ese momento no quería decir que nunca los hubiera consumido si habremos sido cabrones, pero todo era diferente, sus metas sus variaciones en cuanto a definiciones de vida incluso esta había dado un giro de 360° no quería volver a ser el mismo de antes no podía darse el lujo de hacer un retroceso, no ahora.

Observó como aquel chico misterioso recibía una bolsa de papel del barman, frunció el ceño en confusión y ya sus alarmas encendidas empezaban hacer un eco en su razonamiento el cual había mandado a lo más profundo de su cabeza, frotó una de sus cejas, una clara señal de que ahora se la estaba pensando, sin embargo aquella fuerza que impulsaba sus sentidos le hacía actuar antes de que pudiera caer en cuenta que era lo que estaba haciendo -Entiendo tu punto, todos salimos por diferentes motivos, más sin embargo discrepo, de todas formas ya te pedí disculpas por mi imprudencia...- quería agregar que no las sentía, le había gustado observarlo, y mucho más que le invitara a salir de allí.

Asintió siguiendo el camino señalado por él, por su cabeza pasaban miles de preguntas, sobre todo el porqué estaba yéndose a quién sabe dónde con quién sabe quién, pero no pronunciaba ninguna palabra, su mano la pasaba por su ceja mientras caminaba en silencio. Segundos tal vez convertidos en minutos, se encontró en la salida del salón, miró nuevamente al chico y ante la luz pudo observarle atractivo; tomó un profundo respiro y la sonrisa de él le gustó, abrió la boca para preguntarle a dónde irían, cuando él se adelantó, -la biblioteca- pensó pasándose la mano sobre su ceja nuevamente, ese lugar por algún modo siempre le había parecido siniestro, tanto silencio, algo que no le gustaba -Siempre quice hacer de la biblioteca algo menos silencioso- contestó de manera simple encogiéndose de hombros, pero con la adrenalina empezando a recorrer su torrente sanguíneo

Raina podía hablar mucho, pero al final se atenía al plan a pesar de que este fallara. Es por eso que cuando uno de los meseros pasó a su lado con copas de champagne, tomó tres y volvió a la barra. Le ofreció una a Emma y a Olivia, antes de que las chicas tocaran los vasos que las esperaban en la barra. —Somos Bithaen, chicas. Debemos celebrar con clase.—La fiesta podía no ser de su agrado, pero no por eso quería caer en la apuesta y terminar sin zapatos bailando sobre una mesa. Su futuro no iba a arruinarse por una escandalosa foto de su juventud. Podría soportar la noche sin la necesidad de perder la conciencia. Tan solo un par de copas que no harían más que alegrarle la noche. Sin embargo no quería que se desperdiciara un buen vodka, por lo que cuando CJ le daba la espalda, vació el contenido dentro de su vaso.

Continuo riendo junto a las chicas como si nada hubiera sucedido, bebiendo ocasionalmente de la copa que tenía en la mano y probando alguno de los aperitivos que abundaban en el salón. Era curiosa por averiguar quien sería la nueva líder, pero no le importaba demasiado como para emocionarse. No es como si hubiera aspirado por el puesto en algún momento. Veía a los recién llegados pasar sin prestarle demasiada atención a ninguno. Tal vez algo interesante sucedería en cualquier momento.

Cassandra Dumsfield, Nadmean #18

Esta era una de las mejores fiestas de todo el año, toda la universidad se entusiasmaban con dicha fiesta ya que era muy importante de ella venían los nuevos líderes y lo mejor, alcohol y drogas combinados para tener una buena fiesta. No era de las personas que se arreglaba para las fiestas pero esta era una ocasión especial, me puse un vestido corto de color negro y pegado al cuerpo con unos tacones algo alto y me maquille un poco además de que planche mi cabello quedando muy lacio. Después de tomar mi celular y mirarme al espejo un poco me dirigí a dicha fiesta. Las verdaderas fiestas se encontraban cuando era de media noche y esa era la ocasión, aunque ya había sido algo tarde cuando llegue no se si habían anunciado algo o algo así, yo sólo quería divertirme no me importaba como a los demás quien era el líder, un poco de alcohol o bueno mucho harían de esta una buena fiesta.

Entrando al salón, no podía encontrar a ninguna persona ya que estaba muy oscuro y sólo podía encontrar o bueno distinguir algunas luces de colores con la música a todo y personas bailando en medio de la pista. Yo lo primero que hizo fue ir por algo de alcohol, me dirigí a la mesa donde esta todo sobre ello. - Hola, me das una cerveza - que mejor bebida que una cerveza era mejor que toda esa clase de cosas que casi no tenían y que mejor para perder el estilo. Tome mi cerveza y me dirigí a la pista para bailar sin más. No necesitaba conocer a nadie para pasarme de lo mejor y luego veía a que chico me llevaba esa noche.

William H. Sparks, #21, Besten.

Se arregló por milésima vez la manga desabotonada de la camisa, intentando ocultar una escayola difícilmente invisible. Quería aparentar ser él mismo, de nuevo, frente al mundo. Por muy extraño que pareciera, aquella noche iba solo. Ni siquiera se molestó en avisar a nadie, seguramente todo el mundo se lo estaba pasando bien y él había sido el último gato en enterarse. O, más bien, en pensarse dos veces si ir o no. Se miró al espejo una última vez antes de marcharse, notando que los pequeños cortes de su rostro empezaban por fin a cicatrizar, poco a poco. Prefirió incluso hasta ir andando, con el fin de hacer tiempo para, si surgiera algo, no entrar. Se estaba pensando seriamente el dar media vuelta y salir corriendo. Pero no iba a ser cobarde. Ésta noche, no. Además, ¿quién decía que iba a ocurrir algo?

Entró al salón intentando pasar lo más desapercibido posible. Todo el mundo vestido de forma elegante y perfecta, y él con rasguños por toda la cara. Todo el mundo bailando, y él sin poder bailar. Frunció los labios. Se dirigió a grandes zancadas hacia la barra. No tenía que beber. No podía tomar alcohol. Y, aún así, en cuanto tuvo la copa entre sus manos, no dudó ni un momento en saborearlo. Notaba cómo caía por su garganta y puso una mueca. Ni siquiera se había molestado en añadirle complemento, fue a palo seco. Pidió algo más. Cuando tuvo otra de las copas en sus manos, ya ésta de mayor cantidad y con coca-cola, prefirió marcharse a otra zona. Lo menos que quería es que lo vieran cercano a la barra cuando no debería hacerlo. Tomó un trago de la copa y se deshizo de la chaqueta, dejándola encima de la silla. Pudo ver entonces a su mejor amiga, Ray, por ahí. Aunque no se molestó en acercarse. Odiaba vestirse de traje. Odiaba peinarse. Y, por encima de todo, odiaba estar tan ridículo después del accidente.

- De todos modos tendrás que pagarlo –dijo completamente serio, no porque quisiera seguir molestándola, sino más bien porque de verdad creía que ella debía pagar por la imprudencia de haberlo estado observando cuando él jamás permitía tales libertades al resto de la gente. No en alguien que se consideraba distinto al resto y que controlaba perfectamente cuan visto quería ser, como lo era él. Aseguró sus pasos y los hizo aún más veloces para llegar pronto a la biblioteca. Sabía muy bien que todo el mundo estaría en dichosa fiesta, la cual aún no sabía el motivo de ella, pero también era consciente de que eso haría que otros lugares, como al que se dirigían ellos tendría cierta vigilancia por motivos obvios.

Pero de pronto se detuvo y tomando la mano de la chica la arrastró hasta quedarse detrás de un árbol y cubrió su boca- No digas nada –susurró entre dientes. Sabía que en ese instante millones de ideas pasarían con la cabeza de ella ante lo que él podría hacer, pero ninguna era realmente lo que él tenía en mente, al menos no por ahora. Observó hacia un costado y cuando notó que el guardia de seguridad pasaba de largo, destapó su boca y la miró sonriendo- La idea es entrar sin que nos descubran –comentó sonriendo mientras observaba descaradamente el rostro de la chica y aprovechaba la oportunidad para ver qué es lo que hacía ante tal cercanía- Intentemos ser más… silenciosos –susurró finalmente muy cerca de la chica- ¿Seguimos?

Si fuera por él habría preferido refugiarse en la esquina más oscura de su bar favorito, inmerso en la cadencia melancólica de algún buen Blues. Quizás con alguna compañía agradable, o bien solo, pero seguramente no agobiado por la muchedumbre encimada unos sobre otros como sucedía en aquel salón. La música resonante no era mala, pero tampoco los suficientemente buena, por lo menos no lograba incitar a Jude a quejarse irrefrenablemente, y eso ya era algo. Quizás porque se encontraba de un humor más apacible de lo normal. No tenía demasiada idea de que se trataba la celebración organizada por la universidad, pero eso no indicaba que no pudiera sacarle provecho.

Se detuvo en la barra, antes de seguir internándose entre los cuerpos, retorciéndose al compás de la música, y pidió una cerveza como tenía por costumbre. La noche aparentaba ser larga, ya habría tiempo de ordenar algo más fuerte. No estuvo demasiado tiempo recargado allí, pero los escasos momentos que el barman demoró en traerle su bebida le sirvieron para divisar a su derecha un grupo de personas conocidas entre ese mar de rostros. Emprendió nuevamente la marcha, avanzando toscamente entre los presentes. Pasó por delante de un ebrio CJ al que saludó con una leve palmada en el hombro y una sonrisa por la comicidad que la causaba su estado. Pero no se detuvo allí, por el contrarió siguió caminando hasta alcanzar a rodear los hombros de Emma con un brazo y estrecharla contra sí. –Que tarde debo haber llegado para que todos ya estén medio ebrios– le comentó a la muchacha antes de soltarla.

La fiesta estaba marchando de maravilla, los alumnos parecían divertirse y el ambiente ya estaba bien formado desde el inicio. Por todos lados podías ver gente bailando, bebiendo, riendo. Quizá uno que otro amargado en una esquina sin nadie acompañándole pero eran casos raros. La noche avanzaba y pronto se vino encima la hora que probablemente todos habían estado esperando. La música perdió volumen, las luces se desvanecieron y los reflectores apuntaron hacia el escenario que permaneció vacío toda la velada, hasta el momento. Un silencio se hizo presente luego de varios silbidos y abucheos por la repentina interrupción, aquellos que se vieron opacados por el sonido del micrófono, ese sonido odioso que suele desgraciar oídos. Una risilla galante se escuchó amplificada por el equipo de audio, captando la atención de todos hacia el escenario ahora lleno de luz del que resaltaba un joven alto de facciones perfectas que sin duda alguna llamaba la atención. – Lo lamento, chicos. Pero es hora de anunciar a los sucesores de cada fraternidad. – Dijo con su tan respectivo acento británico. – Ya nos hemos encargado de despedirnos con nuestras respectivas casas por lo que seremos breves para no interrumpir la fiesta. – La mirada color marrón se direccionó hasta las escaleras, por las cuales subían los demás graduados a cargo de las otras fraternidades. El chico continuó. – Bien, por parte de los Reaben tendrán el placer de acoger como líder a Liam Diermissen quien tendrá como mano derecha y sublíder a su compañero C.J. Thredson. – Anunció pasándole el micrófono a una rubia de enormes ojos verdes. – Para las hermosas Bithaen recibiremos con orgullo a la bella Olivia Collins de nueva líder y a la sublime Emma Von Strauffenberg como sublíder. – La rubia pasó el micrófono al escuchar los gritos de emoción de las chicas que pertenecían a la fraternidad, recibiéndolo ahora un castaño de ojos azulados. – Hermanos Nadmean, tengo el honor de ceder mi puesto a Kendall Hammerschmidt, cuyo compañero sublíder será Jude Hetfield. – Una serie de estruendosos aplausos por parte de los azules hicieron eco contra las paredes mientras el que era líder de los azules le pasaba el micrófono a un muchacho alto, de facciones fuertes y ojos oscuros. – Le entrego el mando de los Rebeal a Bonnie Hammerschmidt como líder y Tyler Ostergaard como sublíder. – El joven y fornido antecesor de los naranjas apenas había terminado de hablar cuando se escucharon silbidos de aprobación entre los miembros de aquella fraternidad, pero esto no se extendió durante mucho tiempo, pues se volvió el turno de presentar las nuevas voces al mando de la fraternidad que representaba la inocencia de Nightove. – Mis queridas Swaneys, recibamos con calidez a nuestra nueva líder Drew Winterborough, quien estará totalmente al mando de nuestra fraternidad pues carecemos de sublíder. – Explicó antes de ser proseguida por una ronda de aplausos no bruscos o salvajes, pero si fuertes y con gracia de todas aquellas pequeñas con rostro de porcelana y rasgos inocentes que conformaban la dulce y armoniosa fraternidad rosa. Cualquier ruido ceso cuando la ultima figura que subió al escenario tomo posesión del micrófono. Alto, imponente, con rasgos perfectos y características envidiables. Una sonrisa torcida basto para arrancar suspiros de la multitud femenina y uno que otros lamentos por su pronta partida, era el turno de los rojos para finalizar con broche de oro aquella presentación, y se notaba el orgullo en la mirada del en pocos momentos exlíder. – Compañeros, hermanos, Bestens. Tengo el placer de retirarme para abrir paso al legado de mi sucesor, Evan Streubel quien liderará de hoy en más la fraternidad roja junto al sublíder William Sparks. – Concluyó con una nueva sonrisa llena de suficiencia al ver la reacción de todos los machos en el escenario y seguidamente, todos alzaron sus manos en señal de despedida para disponerse a bajar del escenario y así, continuar con el resto de la noche.

Sonrió de par en par cuando escuchó a los nuevos líderes y sublíderes de las fraternidades. Levantó la copa en señal de brindis y les regaló una sonrisa sincera que iba de mejilla a mejilla. —Felicidades— Le dio un abrazo a Olivia, Emma, Bonnie y Evan, y sin decir más desapareció entre la multitud. Había alguien más que merecía una felicitación y era nada mas y nada menos que Will, su mejor amigo. Lo había visto entrar hace unos minutos, pero el anuncio le había impedido ir tras él. Estaba feliz de verlo ahí, a pesar de que debería haberse quedado en cama después del accidente. Entendía su punto de vista y las ganas de despegarse de la cama, por lo que prefirió no decir nada y aparentar que su brazo estaba en perfecto estado. Además debía evitar que se cruzara con la indeseable que lo llevó hasta aquella situación. Tenía que protegerlo a toda costa de ella y sus delirios. Hizo una mueca que se desvaneció al ver a otro camarero. Mientras caminaba tomó un par de copas extra de champagne y se colocó a su espalda.

—Boo—dijo con una sonrisa y depositó rojo carmín en su cuello. Le tendió una copa en lugar de reñirlo por estar bebiendo, cuando se supone que el doctor se lo había prohibido. —Solo una, Sparks. Debemos celebrar tu flamante ascenso en la escala del poder. Tal vez con un baile.—Lo sacudió un poco y sonrío nuevamente. Sabía lo incomodo que el chico se sentía en eventos de aquella clase e intentaba que se relajara un poco, pero sobre todo, que se divirtiera. La noche era joven y Ray no iba a aceptar un no por respuesta. Adoraba bailar.

Ni siquiera prestó atención al anuncio de los líderes y sub-líderes de la fraternidad. Hasta que escuchó su nombre. Justamente estaba dándole un trago a la copa y casi llega a escupirla, si no fuera porque tragó antes, notando el alcohol atravesarle la garganta. Abrió los ojos, perplejo. ¿Era sub-líder y no tenía ni idea? No quería. No estaba preparado. Ni siquiera soportaba tener que aguantar a los paparazzi fuera de la Universidad después de aquel accidente por el estrellato de su madre, ni tampoco aguantaba tantos lujos o eventos y restaurantes caros. Se relajó un poco. Al menos, no era líder. No quería serlo. Y esperaba no serlo nunca. Sintió un poco de pena por su mejor amigo y compañero de cuarto, Evan. ¡Lo que tendría que cargar! Al menos, le ayudaría. Ya no podía hacer nada para remediarlo. Suspiró. Ni siquiera era competitivo. Bueno, al menos lo intentaría. Aún así, no le gustaba mucho la idea. De todas formas, esperaba hacerlo bien. Tenía un talento nato para intimidar, así que mejor que mejor.

Siguió en aquella esquina, hasta que notó que ya no estaba solo. Su mejor amiga se acercó y depositó un pequeño beso en el cuello que se lo manchó de carmín, pero poco le importó. Su sonrisa se expandió al verla, y más cuando le tendió aquella copa. Terminó la otra, dejándola en la mesa, y la cogió con gusto. Era bueno saber que no le iba a reñir por estar bebiendo alcohol. Sólo era una noche, ¿no? Y tenían que celebrar su ''ascenso''. Maldito ascenso. —Sólo una, vale— bebió un trago y notó al instante el sabor del champán. —Al menos podrías haberme traído bourbon o algo— dijo, de forma inocente. —¿Flamante ascenso? Espero que ese flamante ascenso borre todos los rumores del accidente y me traiga algo bueno este año— se sinceró. Odiaba los rumores. Se resistió al principio, pero luego desistió. —Está bien. Sólo un baile, pero pequeño. Mis costillas aún sufren— y también servía como excusa, porque no le gustaba bailar. Además, Ray podía ser insistente. —Me alegro que estés aquí, Ray— musitó, dándole un pequeño beso en la mejilla.

Decidió tomarse con calma el segundo trago que le ofreció CJ, ya llevaba varios en un lapso bastante corto de tiempo. Liam se tomó el suyo y justo cuando ella fue a hacer lo mismo la detuvo, lo miró extrañada - ¿Ah?- paró de bailar y sostuvo el rostro de Liam entre sus manos y detalló sus ojos, estaban dilatados. Se cabreo y mucho - ¡SeJota imbécil! – bramó la muchacha, se abalanzó sobre el muchacho cayendo con él al suelo, - ¿Es, que, nos, querías, drogar, grandísimo pendejo?- decía entre puñetazos, los nudillos le ardían de la fuerza que estaba empleando para golpear al verde. Escuchó a la distancia un par de voces, un par de risas, silencio y de pronto y par de voces mucho más fuertes algo relacionado con los líderes pero aquello había perdido objetividad ante su furia. De pronto, escuchó su nombre, seguido por el de él, ¿ese no era su compañero de habitación? El camello insoportable - ¿Pero qué carajos?- sus compañeros de fraternidad corearon ante el nombramiento, ¿ella había ganado? Mierda, mierda y triple mierda.

Todo sucedió muy rápido como para llevarle un el hilo, un par de brazos la rodearon y la separaron de CJ con fuerza, supuso que debían ser varoniles. Estuvo de pie nuevamente, recibió un par de abrazos y felicitaciones, ella apenas logró sonreír, se enderezó ante la incomodidad de las luces, las miradas, los saludos y felicitaciones de falsa amabilidad de parte de sus compañeros de fraternidad. Fue arrastrada en medio de aquel bullerío lejos de sus amigos cerca al escenario, ¿los había felicitado? aparentemente ellos también habían ganado en su mayoría. Alguien le dio un empujón hacia las escaleras del escenario - Tienes que subir - le dijo en tono chillón una Swaney, la emoción destilaba en sus ojos, debía ser de primer año. Sacudió la cabeza y un suspiro brotó de sus labios, ya que podía hacer, dio un par de pasos y subio al escenario donde se encontraban los demás líderes de las fraternidades. Se ubicó con rapidez al lado de Hoyt, quien era ahora su ex-líder, le ofreció a Bonnie una sonrisa rápida y cálida rodeando sus hombros con uno de sus brazos, había logrado a entablar una cuasi-amistad con él - Sonríele al público BonBon - le susurró el muchacho al oído de la búlgara.

Había recibido una copa de noséqué cosa que le había dado CJ, la recibió sin mucho que mirar, cuando de pronto la delicada mano de Raina se la arrebata de las manos pasándole otra copa, la verdad es que no entendió nada, sin embargo sólo se encogió de hombros y empezó a beber del champagne que había bebido al llegar a la fiesta; Jude llegó saludándole y abrazandole, ella le correspondió el abrazo y una de sus manos se desvió hasta la entrepierna del chico —Mi querido Jude, a mi me van veinnte centímetros o más, si no no me importara nada— le susurró de forma atrevida y sensual en el oído, para luego soltar una carcajada. Sobre su su línea de visión apareció una desagradable rubia a la cual deseaba con todas sus fuerzas joderla, pero sus mil y un pensamientos sobre como matar a una puta, rubia y desagradable Nadmean, fueron interrumpidos por los gritos de Bonnie, su mejor amiga, quién se encontraba en el piso encima de CJ propinandole una gran golpiza, y allí entendió todo, por eso era que Raina había cambiado sus copas —¡Jodido CJ! dale más fuerte Bonnie, con nosotras quería hacer lo mismo— si, a veces cuando quería Emma sacaba su lado roñoso que llevaba dentro, no le importó que todos la veían, ella aún así gritó.

Su nombre había sido anunciado de forma alta y clara, por una voz femenina que ella ya conocía, miró a Olivia, su prima y le miró con incredulidad, sólo fue hasta que Raina besó su mejilla, fecicitándola a ella y a su prima que procesó todo, ni siquiera había sido nominada, sin embargo una sonrisa de suficiencia cruzó por sus labios, su mirada prepotente y altiva no se hizo esperar, eso había sido una agradable sorpresa; sin más no más, se paró derecha y con paso firme caminó hasta el escenario, al lado de su anterior líder y del exlíder Besten del cual desde que llegó a Nightove, había sido su amor platónico.

Una dura mirada en el azul de sus ojos se formó al escuchar que de todas formas tenía que pagar, no había hecho nada malo, y sí su sentido común le gritaba a grandes voces que aquel chico era un loco, sin embargo sólo dio un profundo suspiro de resignación con el entrecejo fruncido, de nada valía que supiera que él estaba loco, ella sabía que tenía algún tipo de problema también, y hasta ahora se sentía bien así, por lo que seguirlo era como una invitación a sacar ese demonio interno que escondía de todo el mundo. Sus pasos se hicieron más a prisa ya que él así los marcaba, tenía que seguirle el ritmo.

Un cosquilleo pasó por todo su cuerpo haciendo erizar su piel cuando el chico le sujetó la mano y la arrastro quedando pegada a un árbol, su cercanía hacía burbujear inexplicables cosas dentro de ella, asintió ante lo que él decía, y se replanteó en su cabeza besarle, sin embargo jamás lo había hecho, nunca había probado los labios de un hombre, si había besado anteriormente, a aquella mujer que le ayudó a descubrir muchas cosas, pero jamás había sentido esa necesidad de hacerlo, asintió ante su cuestionamiento si seguían, ¿tenía oportunidad acaso?, sin embargo dentro de su cartera un leve sonido amenazaba con descubrirles, rápidamente abrió su bolso y revisó su teléfono móvil, causante del ruido "Drew eres la nueva líder Swaney, aparécete rápido en la fiesta, todos esperan para darte las llaves", se sentía decepcionada de aquel inoportuno mensaje, ella ni siquiera había pedido ser la líder de su fraternidad, respiró frustrada -Tengo que volver a al fiesta- habló y en su tono mostraba decepción -Tal parece que soy la nueva líder de mi fraternidad- explicó, quería irse con él, pero como siempre su sentido de responsabilidad ganaba otra batalla ante la rebeldía enjaulada que gritaba por su libertad.

Bendita la hora en que se creó el alcohol. Tomó la bebida que Bonnie pidió e hizo una señal de brindis para seguidamente beberlo de una. Eso era lo que necesitaba para por lo menos inspirarse un poco, todavía sentía que se encontraba en una reunión de pubertos. Correspondió el beso de Liam en la mejilla sin siquiera darle respuesta al comentario pues se hallaba algo perdida en sus pensamientos. ¿Quién remplazaría al líder Nadmean? Carajo, le causaba migraña pensar que podría ser alguien no apto. Soltó un leve bufido y sonrió ante la apuesta de Bonnie, pero no participaría en eso, por alguna razón parecía amargada esa noche, sin ganas. Por lo que se dispuso a observar. Una suave risa escapó por sus labios al escuchar como la Rebeal le había perdido de vista. Pero ella observaría el resto de la noche. Notó varias caras conocidas, pero nada llamaba su atención. No hasta que de pronto una mano algo fría se posó en su cintura y la arrastró hasta topar con el costado de cierto hombre. No se inmutó, pero vaya si le había causado sorpresa. ¿Quién carajos se atrevía a hacer eso? Se cuestionó a sí misma en sus pensamientos antes de escuchar aquella voz masculina que provocó una leve sonrisa ladina. — Vaya suerte la tuya, estamos a mano. — Le respondió alzando su mirada hasta los ojos azul grisáceo. Le escuchó reír, lo cual causó que igualmente ella riera un poco. — Intento encontrarle la diversión a esta fiesta. — Los orbes azulados se pasaron por toda la sala hasta que los reflectores apuntaron el escenario y de pronto… Mierda.

¿Qué carajos? Su expresión fue indescriptible. Dudó si había escuchado bien, dudó de estar del todo despierta y hasta creyó haber bebido algo alterado. Probablemente fue el estruendo de los azules lo que la regresó a la realidad de golpe y para cuando se dio cuenta, quien se encontraba a su lado también había sido nombrado. — Felicidades, Streubel. — Murmuró porque fue lo único que le salió decir al ver cómo Bonnie se disponía a subir al escenario. Sonrió con ironía y negó suavemente con la cabeza. — Ni en broma subo a ese escenario. — Dijo arrebatándole la cerveza de la mano a Evan para darle un trago rápido y tomarlo del brazo. — … Sola. — Concluyó casi arrastrándole al escenario. No dejaría morir a Bonnie en tremenda exposición o ella misma se encargaría de que Kendall se arrepintiera de haber nacido, pero tampoco subiría sola, oh claro que no.

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